Un Corazón Sin LímitesEjemplo

Vergüenza de hablar en público: El caso de Ana

Desde joven, Ana fue objeto de burlas en la escuela por su voz algo peculiar. Cada vez que intentaba participar en clase, los niños se reían de su manera de hablar, su tono de voz causaba tal nivel de risa y burlas que a ella, eso la llevó a odiar hablar en público.

Ya como adulto, se encontró trabajando en un puesto que requería presentaciones regulares frente a sus compañeros. En lugar de buscar ayuda o practicar, Ana evitaba cualquier situación que la pusiera en el foco, lo que la llevó a perder oportunidades de ascenso.

La vergüenza del pasado seguía moldeando su presente, privándola de alcanzar su máximo potencial.

"Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio".

Dios nos equipa con valentía y poder para superar nuestros temores. Yo mismo soy alguien que ha experimentado el poder transformador de Dios, siendo sanado en mi autoestima acerca de mi apariencia física y capacidades personales. Gracias a Dios que me ha permitido ver cuán valioso soy a pesar de no cuadrar con el estándar de belleza que el mundo pregona.

Dios tiene el poder de transformar nuestras debilidades en fortalezas. Cuando entregamos nuestras inseguridades a Él, no solo somos sanos, sino que nos convertimos en instrumentos valiosos para su propósito. Pero no pienses que las personas que encontramos en la Biblia no han sufrido este tema también al igual que nosotros. A continuación te contaré el caso de tres de ellos, aprendamos de sus vidas, al analizar sus problemas y ver cómo Dios obró la sanidad en sus corazones permite que el Espíritu Santo haga lo mismo en tu interior. Te aseguro, no serás la misma persona después de que haya esta intervención divina en ti.

Moisés: Temor y duda en sí mismo

Problema: Moisés se consideró inadecuado para liderar al pueblo de Israel, citando su dificultad para hablar ("Señor, nunca he sido hombre de fácil palabra").

Sanidad: Dios lo fortaleció al recordarle que Él sería su boca y le dio a Aarón como apoyo. Además, demostró su poder a través de Moisés con señales milagrosas.

Resultado: Moisés se convirtió en el líder que liberó a Israel de Egipto, guiándolos hacia la Tierra Prometida y recibiendo la Ley de Dios.

Gedeón: Inseguridad y baja estimación personal

Problema: Gedeón se veía insignificante: "¿Cómo salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre".

Sanidad: Dios le aseguró que estaría con él y que vencería como si estuviera enfrentando un solo hombre . A través de señales específicas, Dios fortaleció su confianza.

Resultado: Gedeón lideró un ejército pequeño y derrotó a los madianitas, demostrando la fidelidad y el poder de Dios.

Jeremías: Temor a su juventud y falta de capacidad

Problema: Jeremías en su juventud sentía que no tenía las palabras adecuadas para ser profeta: "¡Ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño".

Sanidad: Dios lo fortaleció diciéndole que no tuviera miedo, porque estaría con él para liberarlo. Además, Dios tocó su boca y le dijo que había puesto sus palabras en ella.

Resultado: Jeremías se convirtió en uno de los profetas más influyentes de la Biblia, llevando el mensaje de Dios al pueblo de Judá.

Ahora que has visto estos tres ejemplos del poder sanador de Dios, pasa un tiempo en oración, agradeciendo y recibiendo la sanidad en las áreas que tu necesitas.