Desarrollando Conocimiento Pleno De La Voluntad De DiosEjemplo

El fruto de crecer en el conocimiento de la voluntad de Dios

“Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, fructificando en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios” (Colosenses 1:10).

El fruto en la vida de las personas expresa si su sabiduría es espiritual o terrenal

La sabiduría espiritual y la humana se reconocen por los frutos que producen; por el tipo de actitudes y comportamientos que generan en la vida de las personas. Santiago 3:14-18 lo ilustra en forma elocuente: “Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz”.

Andar como es digno del Señor será el fruto práctico de un verdadero conocimiento del Señor. Se manifestará la verdadera fe y el verdadero conocimiento en los frutos que se producen en nuestras vidas. "Llevando fruto en toda buena obra".

4 actitudes fundamentales

Hay 4 actitudes fundamentales que muestran el fruto de crecer en el conocimiento de la voluntad de Dios, que deben ser la meta en la vida de cada creyente:

• “… Para que andéis (andar piadoso) como es digno del Señor”. La sabiduría y discernimiento recibido en la vida del creyente debe generar frutos de carácter. Si hemos de recibir de Dios ciencia y capacidad de juicio, ha de ser para honrar a Dios con nuestro testimonio y comportamiento. La raíz griega axioo (digno), tiene la connotación “de peso”, lo que expresa que la conducta del creyente ha de ser de suficiente peso, producto de la voluntad. “Yo […] os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados” (Efesios 4.1).

• “… Agradándole en todo”, proviene de un término, que tiene en sí la idea de complacer, lo cual requerirá de sumisa obediencia a la palabra de Dios.

• “… Llevando fruto en toda buena obra”. La meta de tanta sabiduría e inteligencia son los frutos, pero no de cualquier clase, sino en toda buena obra. Esto implica un estilo de vida piadoso, justo y recto. Cuando adquirimos sabiduría e inteligencia espiritual, nuestras vidas están orientadas al servicio, somos productivos espiritualmente, somos fructíferos en toda buena obra.

• “… Y creciendo en el conocimiento de Dios”. Este es un proceso que nunca termina y que invita al creyente a aprovechar todo momento para estudiar las Escrituras, a fin de derivar lecciones de cualquier circunstancia. Por otra parte, el tener conocimiento e inteligencia espiritual, no solo abarca conocer la voluntad de Dios, sino también experimentar una relación personal con Él. El Señor dice en Juan 17:3: “que sigan conociendo”. La frase describe una acción continua, un impulso a seguir conformándose a la voluntad de Dios, que haya comunión con Él continuamente. No se puede conocer a Dios, si no se conoce su palabra.

¿Cómo se manifiestan en ti las actitudes relacionadas con el conocimiento de la voluntad de Dios?