El Niño Que RegresóMuestra

La primavera es una temporada de transformación, en la que el mundo despierta del frío del invierno. Los árboles reverdecen y las flores vibrantes brotan del suelo, recordándonos que los nuevos comienzos siempre son posibles. Como cristianos, tenemos la oportunidad de experimentar algo similar. En el centro de nuestra transformación está la fe en Jesús. Así como la naturaleza cambia, podemos experimentar un cambio radical a través de Jesús. Cada día te ofrece la oportunidad de dejar atrás el pasado y abrazar una nueva vida arraigada en su amor y gracia. Imagina la alegría de renacer, lleno de nueva esperanza y propósito. Cuando confiamos en que Cristo es la fuente que nos renueva y la promesa de un futuro hermoso, podemos levantarnos de nuestras luchas fortalecidos por su poder.

Esta semana, habla con Dios sobre las áreas de tu vida que necesitan ser renovadas. No importa si es un cambio de mentalidad, una amistad rota o un hábito que deseas cambiar, ora para que Dios te ayude a experimentar algo nuevo en esa área de tu vida. Recuerda, puedes confiar en Dios para que traiga transformación.