5 Enseñanzas De Marcos Para Tu VidaMuestra

Cómo guardar el día de reposo

Suena la alarma. Abres los ojos y deslizas el dedo para apagarla. Agradeces a Dios mentalmente por una buena noche de descanso y, cuando te sientas a orar, tu bebé da un alarido. Así comienza el día y, entre preparar desayunos, el tráfico, el trabajo y las tareas del hogar, llegan las 10 de la noche. Haces una breve oración, sintiéndote culpable por no haber pasado más tiempo con Dios, y te prometes a ti mismo que mañana leerás la Biblia. Pero al día siguiente, la rutina se repite.

¿Te ha pasado que empiezas el día con la intención de orar, leer la Biblia y meditar, pero te interrumpen tu pareja, tus hijos o incluso tu perro? Creo que a todos nos ha ocurrido. Sin embargo, Jesús nos invita a detenernos y descansar en Él. El día de reposo es una oportunidad para dejar de hacer nuestra voluntad y aprender a deleitarnos en hacer la voluntad de Dios.

Los fariseos estaban obsesionados con las reglas externas, pero Jesús respondió con una verdad mucho más profunda: “El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo” (Marcos 2:27-28).

Este pasaje nos enseña que Jesús no está ignorando la importancia del día de reposo; al contrario, está revelando su verdadero propósito. Los fariseos habían perdido de vista la razón por la que Dios instituyó este día: para el bienestar del ser humano, para que pudiéramos descansar, renovar fuerzas y reconectar con Dios. El día de reposo no se trata solo de cumplir reglas o tradiciones, sino de encontrar descanso en la voluntad de Dios y dejar de lado nuestras preocupaciones diarias.

Cuando Jesús dice que es el Señor del día de reposo, nos recuerda que el propósito de este día es mucho más profundo que una simple observancia externa de normas. Se trata de entrar en el descanso que solo Él puede ofrecer. Un descanso integral, físico y espiritual, que encontramos cuando dejamos de luchar con nuestras propias fuerzas y aprendemos a confiar en la gracia y el poder transformador de Dios.

Por lo tanto, hoy, más allá de un día específico de la semana, busca momentos de descanso en Dios. Permite que tu corazón y tu mente encuentren paz en su presencia. Deja tus cargas a sus pies y vive sabiendo que, en Cristo, ya tienes el verdadero descanso, uno que transforma tu vida diariamente.