5 Enseñanzas De Marcos Para Tu VidaMuestra

Aprobados por Cristo

Imagina este momento: Jesús, el Hijo de Dios, está sentado a la mesa, rodeado de gente considerada “mala” y “despreciable”. Para muchos, esto era inaceptable y no podían comprenderlo. Pero la respuesta de Jesús es tan poderosa que los deja sin palabras:
“Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores” (Marcos 2:17).

Reflexiona en esta escena y lo que significa para ti hoy. Tal vez, en algún momento, te has sentido juzgado por otros o incluso por ti mismo a causa de tus errores o fallas. Puede que hayas pensado que no eres digno de la gracia de Dios o que, por todo lo que has hecho, Jesús no se acercaría a ti. Pero la verdad es que Jesús vino precisamente por quienes reconocen que necesitan su misericordia.

Jesús no mira tus logros o tu estatus. No mide tu valor según tus posesiones o tu pasado. Él no está interesado en lo que el mundo dice de ti, sino en lo que hay en tu corazón. Más allá de tus errores, fracasos o debilidades, Jesús ve tu necesidad de perdón, restauración y una nueva oportunidad. Él está sentado a la mesa, dispuesto a compartir contigo, amarte y transformarte desde adentro.

Jesús no buscó la aprobación de los fariseos ni de los líderes religiosos. Hoy, te animo a reflexionar sobre esto: ¿De quién buscas tú la aprobación? No se trata de vivir una vida perfecta o de cumplir con todos los estándares de la sociedad religiosa. Se trata de vivir agradecido por la aprobación que Dios te ha dado por medio de Jesús.

Sin su gracia y perdón, estamos perdidos. Pero con Él, encontramos restauración, vida y un propósito eterno. La gente común, vista como pecadora en aquella sociedad, se acercaba a Jesús porque sabían que Él podía ofrecerles lo que nadie más podía: misericordia y una nueva vida. Esa oferta sigue vigente para ti hoy. Jesús sigue esperando, dispuesto a sanar tu corazón, perdonarte y caminar contigo en cada área de tu vida.

No te sientas indigno de acercarte a Cristo. Él vino por ti, con tus imperfecciones y luchas. No hay nada que hayas hecho que lo aleje de ti. Al contrario, cuanto más reconoces tu necesidad de Él, más dispuesto está Jesús a sentarse contigo, compartir en tu mesa y ofrecerte un nuevo comienzo lleno de gracia y verdad.

Confía en que Jesús te ve, te conoce y te ama tal como eres. Su mayor deseo es transformar tu vida para que vivas en su paz y su amor.