Sé SinceroMuestra

Nuestros pensamientos realmente pueden afectar nuestras acciones. Cuando nos enfocamos en cosas que honran a Dios, como la bondad, la honestidad y el amor, nuestras acciones suelen ir en esa misma dirección. Pero, si siempre estamos pensando en cosas como buscar atención o hacer que alguien se sienta inferior a nosotros, podríamos comenzar a tratar a las personas de maneras que no reflejan quiénes Dios quiere que seamos. La integridad —o hacer lo correcto— comienza en nuestra mente. Imagina si cada pensamiento en tu cabeza fuera algo «excelente y digno de alabanza», ¿cómo crees que eso afectaría la forma en que vives?

Esta semana, intenta concentrarte en pensamientos que te recuerden la bondad de Dios. ¡Y recuerda, la forma en que actuamos a menudo comienza con la forma en que pensamos!