Salmo 18: Dios basta para toda necesidadMuestra

¿Qué representa Dios para David?

Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio (Salmo 18:1-2).

David sabía que esto era cierto, por doctrina, por conocimiento teológico, pero lo sabía, sobre todo, por fe. David lo expresa desde una perspectiva experiencial. No fue que lo escucho, o lo leyó, o aprendió de algún maestro, sino que él experimentó en su vida cotidiana a Dios como fortaleza, refugio, castillo, escudo y libertador.

Habitando en los peñascos y fortalezas montañosas naturales de Judea, David había escapado de la maldad de Saúl y sus enemigos, y aquí compara a su Dios con estos escondederos y refugios. Especialmente David manifiesta en este salmo que Dios es ocho cosas para él:

• Roca. La expresión roca mía es una declaración de que Dios es el fundamento que afirma a David. Dios es la roca sobre la que David se levanta, para que sus pies no resbalen. Dios es un lugar de resguardo, seguridad y una posición firme.
• Fortaleza. Fortaleza mía. Dios es para David una fortaleza inexpugnable, en la que él se puede sentir totalmente seguro y protegido. Dios es un lugar de refugio, seguridad y una posición segura.
• Libertador. “…Ymi libertador”. Esa expresión pone de manifiesto que es Dios en quien David confía para ser liberado de sus enemigos, peligros y adversidades. Y Dios no solo nos liberta, sino que además nos pone en un lugar espacioso (v. 19). Dios es quien abre las vías de escape.
• Torre. Para David Dios es su castillo y torre fuerte impenetrable. Una torre alta y fuerte no sólo provee protección, sino facilidad de reconocimiento del mal que se puede avecinar. Una posición privilegiada desde la cual tomar perspectiva y reconocimiento del peligro que asecha. Dios es un lugar de fortaleza y seguridad.
• Refugio (Salmo 18:16-19). Dios es para David su alto refugio. La peña donde él se refugia. Expresiones similares encontramos en otros salmos. Sé tú mi roca de refugio, adonde recurra yo continuamente (Salmo 71:3). Para quienes se apoyan en Dios, Él es su roca de refugio. El creyente puede hallar en Dios el refugio y protección para las diversas circunstancias que pueda atravesar en la vida, sean peligros, circunstancias económicas difíciles, complejidades, retos y desafíos en el trabajo, problemas de salud, etc. Él nos ofrece una morada en tiempo de adversidad, una “roca de refugio” (Salmo 62:7) en la cual no solamente permanezcamos hasta que las calamidades hayan pasado, sino de una “roca de refugio” donde estemos “continuamente”; un lugar de comunión.
• Escudo. Dios es castillo y escudo para los suyos. Dios actúa como un escudo que sirva de arma defensiva ante los ataques de los enemigos, y que impide que nuestros enemigos produzcan daño en nuestras vidas. Dios es el que defiende tanto tu cabeza como tu corazón.
• Salvación. Dios es para David la fuerza de su salvación. La seguridad de su salvación descansa en Dios.
• Protección. David reconoce que Dios cuida y protege a los suyos; los protege de sus enemigos y de los peligros. Tal como lo expresa 1 Pedro 1:3-5: Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. La palabra guardados utilizada en el versículo 5 es la palabra griega phroureo, que es sacada del vocabulario militar que describe a un centinela de guardia. La palabra guardados (1Pedro 1:5) tiene algunos significados que expresan la forma como Dios nos protege y cuida: (1) establecer un puesto militar, (2) guardar, resguardar, proteger con una guarnición, (3) establecer una fortaleza con una línea militar completa, con todas sus armas militares, (4) reconocer al enemigo por adelantado y proteger del peligro. El Señor, pues, no es solamente una torre y castillo fuerte que actúa como refugio para nosotros, sino también establece en nosotros un puesto militar resguardado por un ejército completamente equipado.

En este proceso de experimentar a Dios como roca, fortaleza, libertador, torre, escudo, refugio, salvador y protector, David es: salvo de sus enemigos (vers. 3), sacado a lugar espacioso (vers. 19), recompensado (vers. 20), fortalecido (vers. 29), ceñido de poder (vers. 32), sustentado y engrandecido (vers. 35).