Un Lugar Donde Ser Cuidado, Sanado Y Habilitado Por DiosMuestra

Habitando al abrigo del Altísimo

Clamaré al Dios Altísimo, al Dios que me favorece (Salmo 57:2).

Si el creyente aspira a descansar en el lugar de refugio que Dios le ofrece, necesita habitar al abrigo de Dios (Salmo 91:1). Este requisito es reiterado en (91:9). “El que habita al abrigo el altísimo (Elyón) morará bajo la sombra del Omnipotente (El-Shadday)".

Permaneciendo (morando) en Dios

Necesitamos permanecer en Dios, para gozar de la protección y cuidado de Dios. Esto es más que una acción puntual, comporta un estilo de vida; una forma de ser y estar en el mundo, que implica un depender de Dios, y tener a Dios como referencia prioritaria a la hora de tomar decisiones.

Si estamos en la condición de depender y confiar en Dios, como para entregarle nuestra seguridad, entonces descubriremos que Dios es más que suficiente y competente para protegernos y librarnos de toda asechanza del maligno, peligro y adversidad.

Reconociendo al Altísimo

Esa es la comprensión y el conocimiento de Dios que tiene el salmista, y que sirve de soporte para su declaración en el Salmo 91:1. El salmista invoca al Altísimo (Elyón), al Dios sin igual, del que nadie puede jactarse de estar a su nivel o por encima de Él. El Altísimo es la máxima referencia, el más alto estatus y la más alta y última apelación posible. Dios está por encima de todo. La distancia entre Dios y cualquier ser viviente, es abismal e irreconciliable.

De modo que no hay problema o circunstancia que puede estar fuera del alcance y control del Altísimo. Así el que habita al abrigo del Altísimo, morará (vivirá, habitará) bajo la sombra del Omnipotente (El- Shadday), el Dios toda suficiencia y poder, para el que no hay nada imposible.

Como creyentes podemos descansar en Dios, sabiendo que no hay nada que nos acontezca que Dios no pueda manejar o resolver. De Dios podemos esperar una defensa segura, así como un refugio inexpugnable. Si Dios es nuestro refugio y fortaleza, quien podrá hacernos daño.Estamos a salvo detrás de los muros impenetrables del Señor. Las fuerzas de las tinieblas lucen impotentes para abrir brecha e irrumpir en nuestro refugio.

Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; me ocultará en lo reservado de su morada; sobre una roca me pondrá en alto (Salmo 27:5). Dios tiene abrigo para los suyos (Salmo 31:20). Ese es un lugar para habitar. Él que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente. Pero el creyente necesita tener la disposición para buscar y habitar en ese lugar de refugio, donde hay protección, consuelo y cuidado. Los creyentes necesitan la disposición para habitar con Él y en Él.

Morar bajo la sombra del Omnipotente

La sombra del Omnipotente es una expresión que implica una gran cercanía. Debemos caminar muy cerca de Dios, si queremos que su sombra caiga sobre nosotros. Debemos buscar el cobijo que Dios ofrece y buscar permanecer allí.

Descansar en el propósito de Dios

La expresión "clamaré al Dios Altísimo, al Dios que me favorece (que cumple su propósito para mí”, deja entrever que David reconoce la soberanía de Dios y su creencia de que Dios tiene un propósito para él, incluso en medio de sus pruebas y las adversidades. Este versículo refleja una fe profunda de que los planes de Dios prevalecerán en última instancia, independientemente de los peligros presentes. Esa es una de las fuentes de descanso de David: la confianza en un Dios de propósito.