Siendo IglesiaMuestra

Unidos en tres

Área física

¿Qué significa ser Iglesia?, quizás sea una pregunta que en algún momento te hayas hecho y si nunca te lo habías preguntado; quiero que juntos recorramos este devocional y descubras las formas en cómo cada parte de ti puede ser y hacer iglesia dondequiera que vayas. Para eso, es necesario empezar por entender que la Iglesia de Cristo, es decir: nosotros; somos cuerpo, alma y espíritu, siendo estas una sumatoria y no una división. Con esta idea, quiero llevarte a una reflexión profunda sobre la identidad que nos ha sido entregada.

Piensa en lo siguiente: si somos seres tripartitos, quiere decir que crecemos, avanzamos y nos desarrollamos como hijos de Dios de forma integral, y, para esto, es necesario que conozcas cada parte de ti; empecemos por hablar del cuerpo…

- No somos dueños, somos administradores

Si nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo, es importante que lo cuidemos y lo honremos, pues todo lo que entra en él, ya sea alimento o información, nutre o contamina nuestro espíritu. Por eso la Palabra de Dios nos invita constantemente a cuidar no solo de nuestra salud física, sino también nuestra salud espiritual. De nuestras acciones externas, hablarán nuestras acciones internas; el espejo de tu casa es el mejor reflejo terrenal ya que sirve como ejemplo para que observes como se ve una vida en el mundo espiritual. Entonces si dentro de ti tienes paz, amor y gozo, estas mismas cualidades se manifiestan en las relaciones que te rodean; pero, por el contrario si lo que hay en ti, es contaminación, no puedes pretender ver sanidad, milagros y prodigios.

Estamos llamados a ser portadores de la luz de Cristo, sin embargo; no se puede transmitir algo que no se posee, por eso debemos cultivar la pureza en nuestro corazón y nuestra mente, ya que si somos la iglesia de Cristo, somos un cuerpo vivo, y cada uno de sus miembros es esencial. Si una parte está enferma, todo el cuerpo se verá afectado, por lo tanto, es nuestra responsabilidad individual trabajar en cuidar nuestro templo diariamente mediante la santidad y buscando la voluntad de Dios en cada aspecto de nuestras vidas.

Ahora bien, hablemos del alma: este sería el “yo” que cada uno tiene, esa parte consciente y un intermediario entre lo que es el cuerpo y el espíritu; es en el alma donde se gestan nuestros pensamientos, emociones y deseos más profundos, influyendo directamente en nuestro comportamiento y por ende, en la expresión de nuestro espíritu. Por otro lado, el espíritu, es la parte fundamental para tener nuestra relación con Dios, cultivar nuestro espíritu es esencial para una vida en Cristo plena, permite que podamos vivir de forma íntegra, colocando todo nuestro enfoque en lo espiritual y no en las cosas materiales y pasajeras, y sólo cuando logramos una armonía entre nuestro cuerpo, alma y espíritu; podremos experimentar la plenitud de la vida en Cristo y ser instrumentos efectivos en sus manos, para vivir una transformación genuina. La iglesia, como el cuerpo de Cristo, debe ser un lugar donde se respira pureza, amor y unidad, o sea que cuando alguien te vea, pueda ver a Jesús a un punto tan alto que quiera eso, que tú tienes y que sólo se consigue cuando rindes tu humanidad al Señor.

Recordatorio: Si no te logras acomodar en medio de lo que ocurre en lo cotidiano, me gustaría que te vieras como ese faro de luz y esperanza que brilla en las tinieblas.

• Ser Iglesia no es algo de tradición ni religioso, ser Iglesia es dejar de vivir en lo relativo para vivir en lo absoluto.