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Día 4: Creciendo en fe y madurez espiritual

Una planta para crecer, necesita agua, luz y cuidado constante. De igual forma, nuestra vida espiritual requiere atención diaria para desarrollarse. Dios nos riega con su Palabra y nos da su luz para crecer en justicia y santidad. La transformación no ocurre de un día para otro; es un proceso constante en el que permitimos que Dios trabaje en nuestras vidas, formando en nosotros su carácter y su justicia. A medida que nos renovamos en el espíritu de nuestra mente, nos asemejamos cada vez más a Cristo.

Aplicación: Reflexiona sobre tu crecimiento espiritual y comprométete a buscar a Dios diariamente. Haz del tiempo de oración y lectura de la Biblia una parte constante de tu vida, así como la comunión con otros creyentes.

Oración:
"Dios, ayúdame a crecer cada día en fe y justicia. Renuévame continuamente y enséñame a buscarte de corazón. Hazme un reflejo de Tu amor y permite que mi vida sea un testimonio de Tu gracia. Amén."