¿Cómo Escuchar La Voz De Dios?Muestra

“Por eso, sean humildes y acepten la autoridad de Dios, pues él es poderoso. Cuando llegue el momento oportuno, Dios los tratará como a gente importante. Así que pongan sus preocupaciones en las manos de Dios, pues él tiene cuidado de ustedes” (1 Pd. 5:6-7 TLA).

Padre Amado: Gracias por poder vivir con la certeza de que Tú siempre tienes el control y te asegurarás de que todo ocurra como lo has planeado.

Tú me das bendición tras bendición cada día, pero es tan fácil poner mi mirada en lo que me falta, en el obstáculo o en la necesidad, que mis palabras y pensamientos se llenan de estrés, queja y culpa.

Señor, yo sé que la preocupación no cambiará la situación, pero si terminará afectando mi salud mental y física, así como mis relaciones; la única decisión sensata es venir delante de ti, tal y cual soy y en las condiciones en que estoy; ¿qué podría yo ocultar de tu presencia? Si Tú lo sabes todo.

Esta verdad quebranta mi corazón, pues aún a pesar de que Tú me conoces tan bien, me amas, me cuidas y anhelas que yo te busque; cuánto amor y gracia inmerecida.

Tal vez hoy asomen más preocupaciones y ansiedades, pero decido ponerlas en tus manos capaces de cuidar de mí y de los que amo; mi incapacidad ha sido la oportunidad de ver Tu capacidad de amarme, transformarme y capacitarme para seguir viviendo por fe, y hoy frente a mis problemas declarar lo que creo; “Tú estás en control y aunque tenga que pasar por el fuego y por el agua, tienes el poder de sacarme al otro lado".

Puedo pararme frente a la ansiedad y el temor y declarar que Tú eres mi paz y mi reposo.

Gracias por Tu Espíritu, que me alienta y me anima cuando la frustración asoma, y no me deja claudicar, ni desmayar, sino que me invita a comprobar una vez más, cuán fuertes son los brazos de Papá Dios, para cargarme aún con mis sentimientos de ansiedad y frustración.

Gracias porque cada mañana infundes en mí, nuevas fuerzas y aliento para enfrentar mi día y al llegar la noche puedo descargar mi corazón y aún llorar si es necesario, para vaciar mi alma de toda carga en Tu presencia y abandonarme en Tus brazos de amor porque Tú cuidas de mí.

En el precioso nombre de Jesús, amén

Tiempo de escucha en Dios:

Pídele al Espíritu Santo que te ayude a dejar de lado las distracciones y la ansiedad (1 Pedro 5:7).

Esperad en silencio (Santiago 1:5).

Lee las Sagradas Escrituras si tu mente divaga (Salmo 100).

Escribe ideas, imágenes y pasajes bíblicos que te vengan a la mente (Salmo 66:16).

Comparte la inspiración con un amigo de confianza o un compañero de oración (Salmo 96:2-4).