Guiados por el Espíritu SantoMuestra

Reconoce los dones de Dios que te rodean

La salvación está en el gran número de consejeros. Eso es lo que dice el autor del libro de los Proverbios. Muchos proyectos fracasan por falta de buenos consejeros. El punto crucial cuando se trata de consejeros es elegirlos bien.

Pueden ser autoridades espirituales como un pastor, un líder de grupo de casa, pero también amigos cristianos o personas más maduras en la fe. Un no cristiano también puede dar excelentes consejos si ese es su ámbito de experiencia. He aquí algunos puntos a tener en cuenta a la hora de elegir un consejero. En primer lugar, debe validarse que el asesor no tiene ningún conflicto de intereses en la decisión. Por ejemplo, un vendedor o un banquero que reciba una comisión puede no ser imparcial. Además, no debemos basarnos en los títulos, sino en los frutos que dan las personas. Así es como el autor de la Epístola a los Hebreos nos dice que consideremos el final de la vida de nuestros líderes espirituales y que imitemos su fe. De hecho, la autoridad de una persona en un campo no proviene de su edad o título, sino del fruto de sus propias decisiones en ese campo. Sin embargo, es muy posible aprender mucho de los errores de los demás, si tenemos cuidado de no repetirlos.

Si estáis casados, tened en cuenta los consejos de vuestros respectivos padres, pero no dejéis que dirijan vuestro hogar. Es muy posible y probable que tomes decisiones que vayan en contra de los consejos de tus padres. Esto no es una falta de honor, sino una expresión del hecho de que su hogar es independiente del de sus padres, que es el plan de Dios para el matrimonio.

La misma persona puede ser un excelente consejo en un área y no escuchar en otra, dependiendo del área de la pregunta formulada. Así que no te fíes sólo de una persona, asegúrate de cruzar puntos de vista, experiencias y recomendaciones.

Algunos te dirán lo que quieres oír. Otros tendrán, por amor, el valor de contradecirte por tu propio bien, ¡son tus verdaderos amigos!

Algunos, por falta de fe, se opondrán a la voluntad de Dios mientras que otros te harán pensar como Dios, estirándote en el proceso.

Por lo tanto, debe considerar los consejos de otros como punto de partida para la reflexión o la confirmación, pero no confíe ciegamente en lo que alguien le diga, sea cual sea su título. Porque una vez tomada la decisión, sólo tú soportarás las consecuencias.

Te invito a orar conmigo:

Padre, gracias por el cuerpo de Cristo. Gracias por los dones que has dado a la Iglesia a través de los pastores y gracias por los hermanos y hermanas en la fe que has puesto en mi vida. Guíame a los consejeros adecuados y dame tu sabiduría para reconocer los buenos consejos y ponerlos en práctica.

David Théry
Enseñanzas prácticas para experimentar a Dios