Nuestro propósito: PESCARMuestra
Nuestro propósito es servir al prójimo.
Efesios 2:10
Este día seguiremos meditando y conociendo el propósito que Dios nos ha dado. Hoy estaremos hablando sobre el compromiso que tenemos de Servir al prójimo. En la Biblia se nos enseña que debemos ser servidores unos con otros; porque de ese modo además de agradar a Dios somos obedientes al llamado que Él nos ha hecho. Jesús nos demostró con sus actitudes el compromiso que tenía para servir al prójimo y cada uno de nosotros como sus seguidores debemos también reflejar esos mismos rasgos en nuestro carácter.
1.- Para servir debo ser alguien dispuesto.
Mateo 20:30-32 "Junto al camino estaban sentados dos ciegos. Cuando oyeron que Jesús iba pasando, comenzaron a gritar: ¡Señor, tú que eres el Mesías, ten compasión de nosotros y ayúdanos! La gente comenzó a reprender a los ciegos para que se callaran, pero ellos gritaron con más fuerza todavía: ¡Señor, tú que eres el Mesías, ten compasión de nosotros y ayúdanos! Entonces Jesús se detuvo, llamó a los ciegos y les preguntó: ¿Qué quieren que haga por ustedes?”
En la narración de Mateo, vemos como sin importar las muchas ocupaciones que Jesús tenía a diario, como parte de su ministerio de predicación, siempre estuvo dispuesto a servir al prójimo y sobre todo a los que más necesitaban de su intervención. Así que, podemos ver que lo primero que necesitamos para poder servir es estar dispuestos a escuchar y aprovechar las oportunidades que se nos presentan por el camino. En ocasiones, por la falta de compasión no hacemos el bien aún cuando tenemos los medios y los recursos para actuar. Jesús nos da ejemplo de lo que nosotros debemos hacer como sus seguidores.
¿Qué me impide estar dispuesto?
- Egocentrismo: Filipenses 2:4:“No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás.”
Es necesario que cada uno de nosotros dejemos de pensar solamente en nosotros porque esto impide que sirvamos y desarrollemos el ministerio al que Dios nos invita. Hoy en día nuestra sociedad tiene una mente muy egocéntrica y nosotros debemos ir en contra de ese pensamiento porque al Señor le interesa que seamos capaces de servirnos unos a otros. Una persona que solo piensa en sí mismo no es útil dentro de la Iglesia, pues en lugar de servir a otros con sus dones, talentos y recursos solamente busca ser servido. Y es muy absurdo pensar de esta manera porque incluso Jesús la única persona que si merece que le sirvamos vino al mundo a servirnos a nosotros.
- Perfeccionismo: Eclesiastés 11:4 :“Si esperas condiciones perfectas, nunca realizarás nada.”
El perfeccionismo hace que posterguemos demasiado el servicio que Dios quiere que le demos. Hay muchos que piensan erróneamente que necesitan ser perfectos para servir en algún ministerio, pero si esto fuera así; ninguno, empezando por mí, estaría sirviendo en la Iglesia. De igual manera hay otros que creen que necesitan tener todos los recursos para poder servir cuando en realidad con lo que Dios ha puesto en nuestras manos debemos hacer algo para poder servir a los demás.
- Materialismo: Lucas 16:13:“Nadie puede servir a dos amos. Pues odiará a uno y amará al otro; será leal a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y estar esclavizado al dinero”
Esto no solamente estorba en nuestro servicio a Dios, sino que nos mantiene desenfocados. Tú y yo no estamos en el mundo para hacernos ricos o millonarios sino para servir a Dios y hacer buenas obras para con nuestro prójimo. Jesús el que habla y nos dice de manera clara “No se puede” así que debemos tomar una decisión sobre a quién vamos a servir. El dinero en sí no es malo, pero amar el dinero o a las posesiones hace que nos desenfoquemos del propósito que Dios nos ha dado como sus hijos. Dios nos llamó para servir.
2.- Para Servir debo ser alguien agradecido.
Juan 11:41-42:“La gente quitó la piedra de la entrada. Luego, Jesús miró al cielo y dijo: «Padre, te doy gracias porque me has escuchado. Yo sé que siempre me escuchas, pero lo digo por el bien de todos los que están aquí, para que crean que tú me enviaste.»”
En estos versículos encontramos una oración que Jesús hizo cuando fue a ver a su amigo Lázaro quien había muerto. En medio de esta situación triste y complicada Jesús hace un gran milagro al regresar a su amigo a la vida, pero también notamos que Él se tomó un tiempo para agradecer. Quiero aclarar que, Jesús demostró su agradecimiento antes de hacer el milagro, así que no solamente dio evidencia de su gratitud sino también de su fe. Cuando nosotros comprendemos todo lo que Dios ha hecho en nuestra vida, los milagros que ha obrado por nosotros y en nosotros; por agradecimiento debemos servirlo a Él y a los que están alrededor nuestro.
¿Qué me impide ser agradecido?
- El merecimiento. 2 Timoteo 1:9: “Pues Dios nos salvó y nos llamó para vivir una vida santa. No lo hizo porque lo mereciéramos, sino porque ese era su plan desde antes del comienzo del tiempo, para mostrarnos su gracia por medio de Cristo Jesús”
Hay muchas personas que creen que se merecen lo que Dios ha hecho en sus vidas y esto hace que no sientan, ni acepten el compromiso de servir a otros. Seamos conscientes y aceptemos que lo que tenemos y lo que somos es por pura misericordia de Dios, nadie se puede jactar de nada porque todo es por la gracia del Señor.
- La comparación y la crítica. Romanos 14:4 “Tú no puedes juzgar al siervo de otro; sólo el propio amo puede aceptar o condenar a su siervo. Y será aceptado porque el Señor es capaz de hacer que su siervo sea aceptado.”
Muchas veces esto es el problema central, no servimos porque nos pasamos el tiempo comparándonos con los demás y a la par no dejamos servir a otros porque los criticamos constantemente. En lugar de apoyarnos y de hacer equipo nos atacamos y nos desanimamos. Tengamos cuidado porque el Señor va a pedirnos cuentas sobre lo que hicimos y también de lo que no hicimos.
- Una motivación equivocada. Mateo 6:1: "¡Tengan cuidado! No hagan sus buenas acciones en público para que los demás los admiren, porque perderán la recompensa de su Padre, que está en el cielo.”
A la par de la comparación y la crítica encontramos este otro problema. Servimos para que nos reconozcan, para que nos aplaudan, para conseguir algo y un servicio así además que no le agrada a Dios no sirve de nada. Revisemos nuestra motivación de manera cotidiana y pidámosle a Dios que nos ayude a servirle por agradecimiento por todo lo que nos ha dado y todo lo que ha hecho en nuestra vida.
3.- Para servir debo ser alguien fiel:
1 Corintios 4:2 “Ahora bien, lo más importante en un siervo es que demuestre que es digno de confianza.”
Para servir es indispensable que seamos fieles y responsables con los compromisos que hemos hecho con Dios y con los demás hermanos. Tristemente hay muchos que son fieles pero solamente con el jefe, con los amigos, con la familia, con el deporte, con el partido político y con cualquier otra cosa; pero con Dios y con las cosas de su Reino no muestran fidelidad.
¿Qué me ayuda a ser fiel?
- Recordar la obra de Dios en mi vida. Efesios 2:10: “Somos hechura suya; creados en Cristo Jesús para realizar buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que vivamos de acuerdo con ellas.”
Al ver las grandes cosas que Dios ha hecho contigo y con los tuyos te va a ser más sencillo e incluso más motivador servir a Dios y servir al prójimo con alegría. Si cada día tú meditas en lo que el Señor ha hecho por su gracia y su misericordia vas a estar siempre motivado a serle fiel y a ser un siervo para su Gloria.
- La recompensa futura. 1 Corintios 15:58:“Por lo tanto, mis amados hermanos, permanezcan fuertes y constantes. Trabajen siempre para el Señor con entusiasmo, porque ustedes saben que nada de lo que hacen para el Señor es inútil.”
Algo que sin duda también nos anima a ser fieles en nuestro servicio a Dios y a su Iglesia es la recompensa que Él ha prometido. No necesito yo aquí animarte y decirte algo más para convencerte a servir y ser fiel porque al leer lo que Dios nos ha dicho en su Palabra tú y yo podemos pero también debemos comprometernos a ser servidores.
ORACIÓN: Señor ayúdame a entender que estoy aquí en la tierra para servir y de esa manera devolverte algo por todo lo que has hecho por mí. Dios hazme entender que me llamas a usar los dones, talentos y recursos que me has dado para servirte y servir a los demas. Padre recuerdame que todo lo que hago, aun lo más mínimo o insignificante, Tú lo tienes presente y vas a recompensar ese servicio que hago por amor a Ti y a los demás. En el nombre de Jesús, Amén.
Acerca de este Plan
La Iglesia y cada uno de nosotros como hijos de Dios hemos recibido de parte de nuestro Creador una encomienda de gran importancia: ser Pescadores de hombres. Si el anhelo de nuestro corazón es cumplir el propósito de Dios en nuestra vida e iglesia debemos comprometernos a PESCAR: Predicar, enseñar, servir, convivir, adorar y restaurar.
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Nos gustaría agradecer a Jaime Rojas por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.facebook.com/profile.php?id=61560444174150