Velar Para Una Vida De Intimidad Con DiosMuestra
David también fue pastor. ¿Y qué habrá hecho mientras cuidaba las ovejas en esas largas y frías noches en el desierto? ¡Cultivaba su amistad con Dios! ¿Cómo lo sabemos? Porque fue en ese entonces que Dios dijo de él: “varón conforme a mi corazón”, Hechos 13:22. Nadie conquista el corazón de Dios pasando las noches en boliches y ‘divirtiéndose’ en brazos de personas equivocadas. Lo más probable es que David orara y meditara mucho en las Escrituras: “Honro y amo tus mandatos; en tus decretos medito”, Salmo 119:48 (NTV). “¡Cuánto amo tu ley, todo el día la medito!”, Salmo 119:97 (LPD). Meditar en las Escrituras es una disciplina espiritual que practicamos muy poco, sin embargo es un mandato de Dios: “Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Solo entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas”, Josué 1:8 (NTV). Observa la conexión que se establece entre la prosperidad y la meditación de la Palabra de Dios. La meditación nos lleva a la obediencia y la obediencia nos lleva a la bendición. “Qué alegría para los que... se deleitan en la ley del SEÑOR meditando en ella día y noche. Son como árboles plantados a la orilla de un río, que siempre dan fruto... y prosperan en todo lo que hacen”, Salmo 1:1-3 (NTV). No sabemos cuánta de esa bendición prometida es material y cuánta espiritual. Tampoco qué parte de esa bendición es en este mundo y qué parte en el venidero, pero de algo estamos seguros: Dios sí bendice la obediencia.
Es cierto que el término meditación nos incomoda porque suele asociarse con el yoga, la meditación trascendental y las terapias de relajación de la Nueva Era. Pero no tiene por qué ser de ese modo. El hecho de que algunas sectas utilicen la cruz no significa que nosotros deberíamos dejar de usarla. La meditación que nos sugiere la Biblia no es vaciar la mente, sino llenarla de Dios y su verdad. No se trata de pasividad mental sino de cultivar nuestra mente saturándola de la Palabra de Dios a fin de que nuestros pensamientos se afirmen en las verdades reveladas.
Acerca de este Plan
Solo las personas despiertas espiritualmente están preparadas para la revelación de Dios. ¿Eres tú uno de ellos?
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar