La Purificación Para Una Vida De Intimidad Con DiosMuestra

El ayuno y la oración son las armas más poderosas para derribar cualquier fortaleza demoníaca. En 1º Reyes 19 la Biblia dice que después que Elías mató a los profetas de Baal, Jezabel le envió un mensaje amenazándolo de muerte. Esa mujer representaba una fortaleza espiritual poderosa. Como consecuencia de esta intimidación satánica Elías huyó deseando la muerte. Un ángel reconfortó su alma y alimentó su cuerpo. Luego caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta llegar a Horeb, el monte de Dios. Ayunó todo ese tiempo. Y algo sobrenatural ocurrió. Cuando salió del desierto lo hizo con todo el poder de Dios. Enfrentó a Jezabel sin vacilaciones. Es verdad que entró al desierto totalmente derrotado, pero salió de allí investido del poder de Dios para enfrentar con juicio divino a la casa de Acab. Los cuarenta días de ayuno le trajeron una nueva unción ministerial al punto que ni la muerte pudo con él, pues Dios se lo llevó vivo en un carro de fuego. Es un hecho de que todos necesitamos entrar en ayuno y alcanzar el monte de Dios para obtener esa nueva unción que nos conduzca a la máxima efectividad y plenitud espiritual.

¡Qué poderoso es el ayuno! Nada se le compara; cuando se une a la oración las ataduras más fuertes se rompen, las maldiciones se secan y las fortalezas demoníacas son destruidas. Sin embargo, ya hemos visto que en algunas ocasiones el ayuno no funciona. No solo eso. Si lo tomamos a la ligera podría atraer juicio sobre nuestras vidas. Si intentamos dar una apariencia de piedad sin el deseo de mejorar nuestros caminos o si pensamos solo en nuestro beneficio sin buscar la honra de Dios podría convertirse en un búmeran golpeándonos directamente en la cabeza. No intentes unir el pecado con el ayuno porque los efectos podrían ser catastróficos. ¿No lo crees? Veamos dos ejemplos bíblicos.

Jezabel proclamó un ayuno nacional: “Escribió algunas cartas como si fueran de Acab... entonces se las mandó a los ancianos líderes... que vivían en... Nabot. En la carta ella escribió: “Anuncien que habrá una reunión para proclamar un día de ayuno... Busquen algunos sinvergüenzas que estén dispuestos a decir que Nabot habló en contra del rey y en contra de Dios. Entonces sáquenlo de la reunión y mátenlo a pedradas”, 1º Reyes 21:8-10 (PDT). ¿Por qué Jezabel procedió de ese modo? Porque su caprichoso esposo quería poseer un terreno que Nabot no quería vender. Y no quería vender no porque fuera desleal al rey, sino por obediencia a la ley de Moisés que establecía que la familia y la parcela de tierra que heredaban eran inseparables, Levítico 25:25-28. La perversa Jezabel ideó un plan para matar a Nabot y quedarse con sus tierras. Y lo hizo proclamando un ayuno nacional. Su único propósito era quedarse con la propiedad de Nabot injustamente. Jezabel usó el ayuno para dar una falsa apariencia de piedad. Lo que sucedió inmediatamente después con ella y su esposo es una seria advertencia para aquellos que quieren utilizar el ayuno mientras están en pie de guerra con Dios.