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Herederos de la promesa

Sabemos que un príncipe, al ser hijo de un rey, tiene acceso a todas las riquezas y privilegios del reino. Aunque aún es joven y no ha tomado posesión total de todo lo que le pertenece, ya es el heredero. Del mismo modo, como herederos de Dios, tenemos acceso a las bendiciones de Su reino aquí en la Tierra y una promesa eterna que se cumplirá plenamente en el futuro.Como hijos de Dios, también somos herederos. Esto significa que tenemos acceso a todo lo que el Padre celestial posee. Nuestra herencia incluye Su amor, paz, gozo, y lo más importante: la vida eterna. Somos coherederos con Cristo, lo que implica que compartimos no solo en Sus sufrimientos, sino también en Su gloria y victoria. Esta realidad nos da una perspectiva diferente sobre las dificultades y bendiciones que experimentamos en esta vida.

Oración:
Dios, gracias por hacerme heredero de Tus promesas. Ayúdame a vivir con la confianza de que todo lo que Tú tienes es mío a través de Cristo. Que nunca olvide el valor de mi herencia en Ti.

Acción práctica:
Reflexiona sobre áreas de tu vida donde necesites recordar que eres heredero/a de Dios. Ora para que esas verdades espirituales transformen tu manera de ver las circunstancias.