Las Emociones y la BibliaEjemplo

Tristeza

Por lo general, cuando la gente lee los Salmos sólo lee los que hablan de alabanzas y gozo, pero el libro de los Salmos está repleto de emociones. Y al parecer los salmistas lograron que sus emociones convivan entre sí.

Por ejemplo, el Salmo 77 empieza con un tono triste, pero mientras avanzamos en la lectura, el salmista empieza a recordar todas las bondades de su Señor y empieza a cambiar su modo de pensar. Parece que cambia su tristeza y desconsuelo en paz.

La vida está llena de altos y bajos o como lo llamaría C. S. Lewis: la ley de la ondulación. Debemos ser conscientes de que los momentos de tristeza estarán en muchos puntos de nuestra vida, aunque no los queramos, estarán. Asimilarlos cuando lleguen y buscar ayuda o compañía en esos momentos es algo muy útil. La Biblia nos llama a llorar con los que lloran. La tristeza tendrá sus momentos y las lágrimas ayudan a sacar el dolor que nuestra alma siente. Tendrá su momento, pero pasará, nada es para siempre. Buscar nuestra alegría en el Señor, y sólo en Él nos permitirá salir poco a poco de ese estado.

No debemos reprimir la tristeza, al igual que el salmista debemos ser muy honestos con Dios y con nosotros mismos. Tal vez esos momentos son necesarios para recordar las maravillas que ha hecho Dios en nuestras vidas, y si ha estado ahí con nosotros antes lo seguirá estando aún en nuestros peores momentos.