Míralo conmigo

Buscando la perspectiva de Jesús

"Acepten a aquel cuya fe es débil, sin juzgar sobre asuntos discutibles" (Romanos 14:1).

Crecí en un hogar y en una iglesia donde había fuertes opiniones en contra de ciertas libertades de las que algunos cristianos participaban. Era un buen hogar y una buena iglesia, pero ahora entiendo lo lejos que estaban en su teología y, más aún, en su práctica del comportamiento correcto ante Cristo. Gran parte de su actitud provenía de malas experiencias con abusos que las familias y ciertos miembros de la iglesia habían visto. Esto provocó fuertes convicciones de que algunas libertades eran tabú para ciertas personas, y estaban firmemente convencidos de que estaba mal para ellos. Estas opiniones tomaron otra posición a lo largo de los años, pasando de convicciones personales a un estándar de "comportamiento justo". Su saludable perspectiva personal se convirtió en un "legalismo cristiano", ya que consideraban que aquellas personas que no estaban de acuerdo con su convicción eran desobedientes a la palabra de Dios o creían que la persona no era un "verdadero" cristiano. Debido a que estaban tan consumidos con su punto de vista como el único punto de vista correcto, no se les podía enseñar. Habían crecido con esta visión tradicional. Sin embargo, era un entendimiento incorrecto de lo que la palabra de Dios tenía que decir sobre el asunto. Lo peor, lo peor, era el desprecio flagrante que esas personas tenían por los preceptos sobre los que la palabra de Dios era tan clara, ya que chismorreaban, juzgaban y condenaban a las personas que no estaban de acuerdo con ellos. En ese momento, conocí el "fariseísmo cristiano", los efectos que he estado tratando de superar hasta el día de hoy.

¿Alguna vez has conocido a un "fariseo cristiano"? Si no lo has hecho, no te has perdido mucho, excepto un camión lleno de esfuerzo propio e intentos de modificación del comportamiento de otras personas que los desangrarán de alegría y de las libertades que la gracia de Dios proporciona. También verás otra impresión al observar a personas que rara vez sonríen y ofrecen poca misericordia a los demás que no están de acuerdo. Ahora, estas personas estarán fuertemente a favor de algunas cosas y totalmente en contra de otras. Son bastante blancos y negros en sus opiniones. Esto es así porque todos tienen en común una mentalidad sectaria que piensan que tienen a Dios descubierto, y saben lo que Él está a favor y en contra. Recibirás la impresión de que es mejor que los aceptes o que estás en contra de ellos. ¿Mencioné que la gracia de Dios es un concepto que no entienden y que nunca pasarán a través de su vida a otra persona? Sí, ven claramente sus propias perspectivas, pero pierden por completo la de Dios. ¿Cómo es eso? En el centro de lo que defienden hay un punto de vista que da gran importancia a las apariencias externas y al desempeño en lugar de los criterios más importantes de Dios, el corazón de la persona. Considere el punto de vista de Dios:

Pero el Señor dijo a Samuel: "No mires su aspecto ni la altura de su estatura, porque yo lo he desechado; porque Dios no ve cómo ve el hombre, porque el hombre mira las apariencias, pero el Señor mira el corazón" (1 Samuel 16:7).

El apóstol Pablo habló en contra de las mismas actitudes de los "fariseos cristianos" cuando escribió su carta en el pasaje de Romanos al que hice referencia. Su declaración con respecto a los "asuntos discutibles" es una excelente manera de decir: "Enseñemos y vivamos firmemente lo que es claramente indiscutible en la Palabra de Dios acerca de la conducta correcta ante el Señor. Pero en los temas 'discutibles', vivamos en armonía con nuestra propia convicción y no intentemos escribir reglas para otros que Dios no ha escrito". Pablo estaba tratando con personas que querían imponer su falta de libertad a aquellos que tenían libertades. Querían la falsa seguridad de las reglas cuando más necesitaban marinarse en la gracia de Dios y permitir que Su obra en sus corazones saliera a la superficie de sus vidas. Al igual que los fariseos que hablaron en contra de Jesús, estos "legalistas cristianos" estaban tratando de imponer normas que no eran de Dios a la gente. Condujeron a los hijos de Dios por el camino del cristianismo impulsado por el rendimiento y hacia el fariseísmo cristiano. Lamentablemente, debo admitir que, en un momento de mi vida, he vivido con una visión cristiana impulsada por el desempeño debido a la forma en que fui criado. Durante este período, mi vida nunca fue más activa y menos fructífera. Sin embargo, al "alimentarme" de la palabra de Dios y tratar de entender mejor Su corazón, en lugar de aceptar un punto de vista tradicional que me dicta, he descubierto que hay una dinámica que creará obras sobrenaturales para Dios y que le agrada. Esta dinámica proviene de una conexión íntima del corazón con Cristo. Al hacer esta conexión personalmente, ahora me veo a mí mismo como si nunca hubiera hecho menos, sino que, por el contrario, nunca hubiera visto más frutos sobrenaturales. Sólo puede explicarse y entenderse como una obra que Dios está haciendo en mi corazón y que está saliendo a la superficie de mi vida. Hombres, la conclusión es que no son nuestras disciplinas externas las que nos hacen hombres piadosos. Eventualmente siempre fracasaremos al tratar de manejar nuestra vida de esta manera. Solo la transformación de adentro hacia afuera de nuestra relación íntima con Cristo crea perspectiva, misericordia y una obra de la gracia de Dios a través de nuestra vida para nuestro mundo. Es esta dinámica la que impacta a nuestro mundo con una verdadera influencia piadosa. Este es un concepto que es extraño para los cristianos impulsados por el desempeño, porque están buscando reglas y fórmulas que puedan guiarlos en lugar de la perspectiva de Dios. Entonces, ¿cómo detectamos a un fariseo cristiano? Consideremos lo que Jesús dijo acerca de los "guías ciegos" en Sus famosos "Siete Ayes" que se encuentran en Mateo 23:13-32 (NVI). Veremos muchas similitudes entre esos "guías ciegos" en la fe cristiana.

Un fariseo trata de mantener a la gente alejada de la intimidad con Cristo: "¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Tú cierras el reino de los cielos en la cara de los hombres. Vosotros mismos no entráis, ni dejaréis entrar a los que lo intentan" (Mateo 23:13).

Un fariseo trata de reproducir a los hombres según él mismo en lugar de según el corazón de Dios: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Viajas por tierra y mar para ganar un solo converso, y cuando se convierte en uno, lo haces dos veces más hijo del infierno que tú"(Mateo 23:15).

Un fariseo hace sus propias reglas en lugar de seguir a Dios: "¡Ay de vosotros, guías ciegos! Ustedes dicen: 'Si alguien jura por el templo, no significa nada; pero si alguno jura por el oro del templo, está obligado por su juramento. ¡Tontos ciegos! ¿Qué es más grande: el oro o el templo que hace sagrado el oro? También decís: "Si alguno jura por el altar, no significa nada; pero si alguno jura por la dádiva que hay en ella, está obligado por su juramento". ¡Ciegos! ¿Qué es más grande: el don o el altar que hace que el don sea sagrado? Por lo tanto, el que jura por el altar, jura por él y por todo lo que hay en él. Y el que jura por el templo, jura por él y por el que habita en él. Y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por el que está sentado en él" (Mateo 23:16-22).

Un fariseo se guía por el desempeño en lugar de por el corazón: "¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Le das una décima parte de tus especias: menta, eneldo y comino. Pero has descuidado los asuntos más importantes de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad. Deberías haber practicado esto último, sin descuidar lo primero. ¡Guías ciegos! Cuelas un mosquito, pero te tragas un camello" (Mateo 23:23).

Para cambiar, un fariseo debe someterse a una transformación de corazón de adentro hacia afuera: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Limpias el exterior de la taza y el plato, pero por dentro están llenos de codicia y autoindulgencia. ¡Fariseo ciego! Primero limpie el interior de la taza y el plato, y luego el exterior también estará limpio" (Mateo 23:25).

Un fariseo está más preocupado por la apariencia externa que por la verdad interna: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Ustedes son como tumbas encaladas, que por fuera se ven hermosas, pero por dentro están llenas de huesos de muertos y de todo lo impuro. De la misma manera, por fuera pareces justo a los hombres, pero por dentro estás lleno de hipocresía y maldad" (Mateo 23:27).

Un fariseo se enorgullece de su religiosidad, pero falla en su justicia: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Construyes tumbas para los profetas y decoras las tumbas de los justos. Y vosotros decís: "Si hubiéramos vivido en los días de nuestros antepasados, no habríamos participado con ellos en el derramamiento de la sangre de los profetas". Así que testificáis contra vosotros mismos que sois descendientes de los que asesinaron a los profetas. ¡Llenad, pues, la medida del pecado de vuestros antepasados!" (Mateo 23:29-32).

Había muchos defectos con los fariseos que Jesús señaló. Él les habló estas verdades para guiarlos a ellos y a aquellos a quienes engañaron lejos de la condenación y al arrepentimiento y la salvación. En cambio, condujo a esquemas detrás de puertas y a un plan para silenciar la Verdad. Lo tenían crucificado. Pero, Su verdad y Su voz no pudieron ser silenciadas, y Su Iglesia ha prevalecido. Ha habido bajas en el camino. Sin embargo, Su verdad siempre prevalece. Con esto en mente, nos reto a que no nos contentemos con que nos den de comer con cuchara lo que deberíamos creer, porque si lo hacemos, es muy posible que se nos dé una visión equivocada. Sabía que lo era hasta que busqué la comprensión por mí misma. Busque diligentemente en la Palabra de Dios el entendimiento que delineará una verdadera perspectiva de Dios desde un punto de vista religioso tradicional, una cosmovisión bíblica desde un punto de vista secular, un punto de vista cristiano habilitado por la gracia desde un punto de vista cristiano impulsado por el desempeño, un punto de vista a través de los ojos de Jesús desde un punto de vista a través de los ojos de un fariseo, aunque él se llame a sí mismo cristiano. Caminemos con Cristo y en Cristo. Al hacerlo, creará un hombre de convicción, claridad de propósito, autoridad moral y un corazón conforme al suyo. Es este corazón el que influirá en nuestro mundo. Es esta gracia vivida en y a través de nuestra vida lo que el mundo anhela. Así que, como mi mejor amigo Pete McKenzie siempre dice: "¡¡Démosles el cielo, hombres!!"