Míralo conmigo:

Buscando la perspectiva de Jesús

"Así que no nos vamos a rendir. ¡Cómo podríamos! Aunque por fuera a menudo parezca que las cosas se están desmoronando sobre nosotros, por dentro, donde Dios está haciendo nueva vida, no pasa un día sin que su gracia se despliegue. Estos tiempos difíciles son poca cosa en comparación con los buenos tiempos que se avecinan, la fastuosa celebración preparada para nosotros. Aquí hay mucho más de lo que parece. Las cosas que vemos ahora están aquí hoy, y mañana se van. Pero las cosas que no podemos ver ahora durarán para siempre"

2 Corintios 4:16-18 (El Mensaje)

Esta mañana, a las 3:00 de la madrugada, leí estas palabras y me animé de inmediato. Tal vez sea porque acabo de cumplir 64 años que significó tanto para mí. Sabes, con estos dolores y molestias asociados con el envejecimiento, recuerdo que esta vasija humana que ocupa mi alma se está "desmoronando", a medida que disminuye en fuerza y resistencia. O tal vez se deba a los tiempos difíciles de nuestra economía, o a la profanación de los cimientos espirituales de nuestra nación o a las constantes noticias negativas que leemos y escuchamos. Esas cosas se clasificarían fácilmente como "desmoronarse sobre nosotros", ¿no estás de acuerdo? Cualquiera de estas cosas podría haber contribuido a despertarme más temprano de lo normal. ¿Y tú? ¿Te has despertado con algunas preocupaciones profundas? Bueno, tengo buenas noticias para los dos. En todos esos desafíos que enumeré y muchos, muchos más, "hay más de lo que se ve a simple vista", y Dios está obrando en nuestra vida en este momento haciendo algo muy bueno. Los buenos tiempos están por venir para todos los hijos de Dios. Pero, ¿cómo lidiamos con las malas noticias actuales? Soportamos y esperamos que el plan de Dios para nuestra vida se reúna, porque hay una obra de Dios en nuestras vidas que está fuera de la vista. Un día surgirá y lo veremos. Hasta que llegue ese momento, agarramos una promesa de Dios como la de arriba, y nos mantenemos firmes en ella. Nos aferramos a ella y perduramos con ella. Por lo tanto, exploremos esta promesa y otras, a medida que hacemos aplicaciones en la vida con ellas. Tal vez ustedes también se sientan animados hoy como yo lo he sido.

Permítanme comenzar con algo con lo que todos los hombres tienen que lidiar de una manera u otra. Simple y llanamente: toda nuestra vida estaremos lidiando con problemas que están fuera de nuestro control. Creemos que tenemos un aspecto de la vida bien envuelto, seguro y a prueba de balas, y trabajamos muy duro para asegurarnos de que suceda. Pero vivimos en un mundo imperfecto como personas imperfectas, y algo siempre frustrará nuestros planes tarde o temprano. Cuanto antes nos enfrentemos a este hecho, más fácil será para nosotros superar nuestros contratiempos y decepciones cuando lleguen. En lugar de pensar que la "buena vida" que una vez tuvimos se acabó debido a cambios fuera de nuestro control, debemos enfrentar el desafío de frente y dar la bienvenida a un cambio según lo permita nuestro Rey. No importa cuán sombríos nos parezcan estos cambios, debemos cambiar nuestra perspectiva y dar la bienvenida a estos cambios como el comienzo de algo mejor para nosotros. ¿Cómo puedo decir esto? Bueno, no es lo que yo digo, sino lo que Dios dice, como se indica en la escritura anterior.

Como ejemplo de lo que quiero decir, continuemos la discusión sobre envejecer. A medida que envejecemos, esas cosas físicas que podríamos hacer tan fácilmente se convierten en un desafío y tienen que dejarse de lado o al menos reducirse. Para un exatleta, esto puede ser una gran decepción para la autoestima, como ha sido mi caso. Podemos combatirlo y tratar de retrasarlo, pero siempre nos alcanzará. Entonces, ¿qué hacemos al respecto? ¿Nos quejamos y nos quejamos de lo que ya no tenemos, o nos ajustamos y encontramos nuestra nueva fuerza y nuestro nuevo propósito? ¿Nuevas fuerzas? ¡Sí! Eso es lo que dije, porque eso es lo que Dios me reveló en el pasaje anterior. Lo que me animó es el mensaje de que Dios está renovando progresivamente mi ser interior día tras día, y que habrá una mayor fortaleza en alguna otra área de mi vida que saldrá a la superficie y que será increíble. Revelará cómo Dios ha estado trabajando dentro de mí (fuera de mi vista) para un propósito futuro. He visto que esto ocurre en otros y en mí mismo, y hablo por experiencia sobre esto. No importa cuán terribles sean nuestras circunstancias, Dios está obrando en nuestra vida interior, preparándonos para algo bueno por delante en lo que nos uniremos a Él, si nos unimos a Él en nuestra crisis presente confiando en Él. Sí, ya sea que se trate de contratiempos físicos, financieros o de cualquier tipo, hay un gran estímulo para todos los hombres, jóvenes y viejos, en crisis. Sin embargo, debemos comprender el hecho de que, aunque disminuiremos de muchas maneras, también podemos llegar a ser un hombre mucho mejor, siempre que permitamos que Dios nos lleve a través de la crisis. Él está trabajando durante nuestras luchas. Simplemente no siempre lo vemos ni entendemos la forma en que Él está obrando.

Pienso en la película Karate Kid y en cómo el Sr. Miyagi le enseñó karate a su joven aprendiz haciéndole pintar cercas y encerar autos. Daniel pensó que su mentor se estaba aprovechando de él y que no le estaban enseñando el deporte que quería aprender. Cuando se quejó, su mentor le dio algunos movimientos ofensivos repentinos que los nuevos reflejos de Daniel bloquearon fácilmente, enseñándole que las tareas mundanas que se le habían dado habían creado nuevas fortalezas y nuevas habilidades. Había una obra en Daniel que estaba fuera de la vista, no se entendía y no se apreciaba hasta que él la vio salir a la superficie. Del mismo modo, la rutina regular de la vida o los desafíos repentinos que se nos presentan son parte de un proceso para formar nuevas fortalezas y habilidades en nosotros. Dios está obrando dentro de nosotros, preparándonos para un propósito muy especial. Necesitamos entender que el enemigo trataría de convencernos de que todo lo que obtenemos es lo que vemos. Mientras que Dios nos está diciendo: "Aquí están sucediendo más cosas de las que creen. ¿Confiarás en Mí en esto?".

Ya que estoy en el tema de los hombres mayores, tengan paciencia conmigo un poco más. Si nosotros, los hombres mayores, permitimos que una mentira de nuestro enemigo se forme en nuestra vida, que no somos como solíamos ser, que no tenemos nada que ofrecer, esta negatividad hará que perdamos nuestra aventura y entusiasmo, y nos desanimaremos. Para muchos, hará que nos conformemos con una existencia cómoda y nos volvamos irrelevantes para el mundo que nos rodea. ¡Qué vergüenza, porque este mundo necesita hombres mayores que participen en la vida de la familia de Dios! La obra que se lleva a cabo dentro de nosotros puede proporcionar una expresión sobrenatural que, cuando se desencadene, proporcionará frutos asombrosos para la gloria de Dios. ¡No debemos conformarnos con una existencia que nos lleve a los márgenes en lugar de una carrera que nos lleve a la línea de la victoria con otros hombres! No escuches una voz que te diga que no tienes nada más que ofrecer, que Dios no obra a través de tu vida, o que estás solo. ¿Cómo podríamos siquiera considerar que Dios nos usa y nos descarta como inútiles para Su propósito cuando nos da la siguiente promesa?

"Aun hasta tu vejez soy Él, y hasta el cabello blanco por la edad te llevaré. Yo he hecho, y daré a luz; Sí, te llevaré y te salvaré" (Isaías 46:4 Biblia Amplificada)

Ahora, a ustedes, hombres cristianos más jóvenes: Al igual que con los hombres mayores, consideren que Aquel que los creó y los tejió en el vientre de su madre está íntimamente involucrado con todos los detalles de su vida. De hecho, Él se deleita en los detalles de tu vida.

"Los pasos de un hombre [bueno] son dirigidos y establecidos por el Señor cuando Él se deleita en su camino [y Él se ocupa de cada uno de sus pasos]." Salmo 37:23 (Biblia Amplificada)

El enemigo de nuestra alma quiere hacernos creer que Dios no está involucrado, que Él está desinteresado, y que estamos solos para defender y proteger todo lo que somos y todo lo que tenemos. ¡Qué mentira nos tragamos cuando estamos de acuerdo con él y creemos estas cosas! Debemos entender que él hace su mejor trabajo cuando estamos desanimados o aislados o siendo probados. Cuando nos aferramos a nuestros dioses falsos, él nos deja solos. Pero, cuando comenzamos a caminar por el camino angosto que requiere el abandono de nuestros dioses falsos y la confianza absoluta en nuestro Rey Soberano, entonces él viene a desanimarnos e intentar volvernos a esos ídolos. Por esa razón, debemos aferrarnos inquebrantablemente a la verdad de las promesas de Dios y al hecho de que Él está obrando en nuestro hombre interior para bendecirnos y darnos el deseo de nuestro corazón. ¿Dije que Dios quiere darnos el deseo de nuestro corazón? Sí, pero esa es solo una de esas promesas en las que Él quiere que nos mantengamos firmes:

"Confía en el Señor y haz el bien; habitad en la tierra y cultivad la fidelidad. Deléitate en el Señor; y Él te concederá los deseos de tu corazón". Salmo 37: 3-4

A medida que conectamos versículos sobre las pruebas externas que soportamos con la obra interna de Dios en nuestra vida y el propósito que Dios tiene de bendecirnos con los deseos de nuestro corazón, se nos da otro mensaje: Dios conoce los planes que tiene para nosotros, y son buenos. También debemos concluir que la obra que Dios está haciendo en nuestro hombre interior es también una obra en nuestros corazones. Está ocupado reconstruyendo un corazón que es similar al suyo. En realidad, Él está recreando a un hombre conforme a Su propio corazón y, cuando termina esa obra en nuestro corazón, entonces completa Su obra dándonos los deseos de nuestro corazón. Hombres, ¿se mantendrán firmes y permitirán que Dios haga Su obra en su vida y creerán la verdad de que Él está involucrado con cada detalle en su vida en este momento? No creas al enemigo. Créele a tu Rey que te ama más allá de cualquier cosa que puedas entender. Manténganse en el rumbo, hombres, porque un día despertarán a un día que incluye el deseo de su corazón.