La oración en la vida de Jesús

Lucas 6:12 (TCB)

“En aquellos días, Jesús fue a la montaña para orar, y pasó toda la noche orando a Dios".

Aunque todos los evangelistas nos hablan de la vida de oración de Jesús, Lucas es el que más lo enfatiza y el que más detalles nos da, es por tal razón que algunos lo llaman “el Evangelio de la oración”. El evangelista nos muestra minuciosamente con cuanta frecuencia oraba Jesús y la importancia que él le daba en su vida, y lo señala para enseñarnos que una vida de oración es lo que espera Dios de nosotros, como hijos suyos.

Según Lucas, la oración estuvo presente en todas las etapas de la vida de Jesús, desde su bautismo hasta el momento más difícil que enfrentó, la crucifixión.

Veamos brevemente:

Lucas 3:21 dice: “Cuando todo el pueblo estaba siendo bautizado, Jesús también se bautizó. En el momento que estaba orando, el cielo se abrió…”. Lucas es el único evangelista que nos da ese hermoso detalle, dejándonos saber el papel importante de la oración en la vida de Jesús.

También nos muestra que antes de escoger a sus discípulos, Jesús oró. Para ser exactos, el relato dice que pasó la noche orando, poniendo la elección de aquellos que continuarían su trabajo aquí en la tierra, en las manos del Padre. Sin lugar a duda, el evangelista Lucas nos quiere enseñar que antes de tomar una decisión es importante pedir sabiduría y guía a Dios. Lc.6:12-13 dice: “En aquellos días Jesús fue a la montaña para orar, y pasó toda la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y escogió a doce de ellos, a quienes designó como apóstoles”.

Posteriormente, en el desarrollo de su ministerio, mientras lidiaba con la necesidad de la gente, en plena faena de su ministerio, Lucas recalca que Jesús sacaba tiempo para orar. Lo que significa que nuestro maestro no permitió que su trabajo en el ministerio, le quitase el tiempo de oración. Lc.5:15-16 “La fama de Jesús se expandía más y más, y muchas personas lo buscaban para escuchar sus enseñanzas y también para recibir sanidad de sus enfermedades. Pero Él se aislaba a lugares solitarios para orar” (TCB).

Otro detalle importante que muestra el evangelista es que, en la experiencia de la transfiguración, Jesús también oró. Es decir, que, en medio de un contexto de oración, el ambiente se transformó, fortaleciendo así la fe de aquellos discípulos que recientemente habían escuchado que su maestro iba a morir. “Ocho días después de decir estas palabras, Jesús llamó a Pedro, a Juan y a Santiago, y subió con ellos a la montaña para orar. Mientras oraba, el aspecto de su rostro se hizo diferente, y su ropa blanca y resplandeciente” (Lc. 9:28-29, TCB).

Ahora, llegando a los momentos de crisis en la vida de Jesús, Lucas es enfático en decir que oró e instó a sus discípulos a hacerlo también. “Cuando Jesús salió, se dirigió al Monte de los Olivos, como era su costumbre, y sus discípulos lo siguieron. Al llegar al lugar, Jesús les dijo: – Oren para que no caigan en tentación. Él se apartó de ellos a cierta distancia, se puso de rodillas y oró” (Lc. 22: 39-41 TCB).

Finalmente, en la crucifixión, el clímax de la crisis de Jesús, la oración siguió estando presente. Todos conocemos las 7 frases que Jesús mencionó estando en la cruz. Varias de esas frases son oraciones al Padre, justo en el punto culminante de su crisis y dolor. Y Lucas nos muestra que aun en esa condición oró por aquellos que le maltrataban y afirmó su proximidad a Dios cuando exclamó a gran voz. “Entonces Jesús gritó con fuerza: – ¡Padre, en tus manos entrego mi espíritu! Dicho esto, dio su último suspiro» (Lc. 23:46 TCB).

Lucas nos muestra a un Jesús orante, enseñando con su ejemplo a vivir en una constante comunicación con el Padre celestial. Así lo comenta Fitzmayer: “La presentación de Jesús orando es un dato importante para el discípulo, porque una de las actitudes fundamentales del seguimiento de Jesús es precisamente la continua comunicación con Dios” (1981, p.411). Jesús no daba un paso sin antes consultarlo con Dios.

Tal como el evangelista Lucas, en su énfasis en la vida de oración de Jesús, que nos invita a una vida práctica de comunión con Dios, te pregunto: ¿Estás generando ese ambiente de oración para una constante relación con nuestro Creador?

Carolyn Moreno, Puerto Rico