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Un Principio Del Reino: La HonraMuestra

Un Principio Del Reino: La Honra

DÍA 2 DE 6

LA HONRA A DIOS

La honra a Dios está conectada con el amor a Él. Honrar a Dios es amarlo, tenerlo en la más alta estima, considerarlo, respetarlo, mostrar reverencia hacia Él y darle reconocimiento y gloria. Honrar a Dios es reconocerlo en todos nuestros caminos como nuestro Dios, el único Dios verdadero, nuestro Rey y Señor, Soberano, nuestro Consejero, el Digno y Santo.

Honrarlo es reconocer Su grandeza, sabiduría, santidad, poder dominio y majestad.

Honramos a Dios cuando no nos adjudicamos mérito alguno, sino que le damos toda la gloria a Él.

La honra a Dios está caracterizada por la obediencia a Él que no solo nace de un corazón que le ama sino también de un corazón humilde. Una vida que honra a Dios es una vida que acepta Su voluntad y se rinde a ella, a sus planes y propósitos, no le pone un "pero..." o alguna excusa. Una vida que honra a Dios es vista en una vida de completa rendición a Él.

Ciertamente podemos honrarlo con nuestros labios, pero más que una honra que podamos darle con nuestros labios al adorarlo, alabarlo, exaltar Su Nombre y decirle: “te honro". La honra tiene todo que ver con la condición de nuestro corazón y nuestro amor a Él.

¿Cuántas veces hemos honrado a Dios con nuestros labios, pero nuestro corazón ha estado lejos de Él? Percibo que cuando Dios nos pide que le honremos, no solo nos pide obediencia y que le reconozcamos como nuestro Dios y Señor en nuestros caminos o como nuestro consejero a la hora de tomar decisiones sino también pide que le amemos con todo nuestro ser, alma, mente, corazón y fuerzas lo cual a su vez se verá reflejado en todas las áreas de nuestra vida. Honraremos a Dios con nuestro tiempo de calidad al ponerlo como el centro de nuestra vida o cuando lo ponemos en el trono de nuestro corazón y como prioridad por sobre todo al comenzar nuestro día. Seguramente has asistido a un evento en el que los primeros lugares están reservados para personas específicas a quienes se les da un trato diferente y especial .A manera de honra, los primeros lugares son reservados para ellos. Esta es una forma de demostrar respeto y reconocimiento. Lo mismo sucede en la honra a Dios. Cuando cedemos el primer lugar a Él, lo honramos. Como vimos en el primer día de este devocional, "honra" proviene del hebreo "Kabod" literalmente esto significa "peso" y "gloria". Cuando decimos que una persona es "de peso" destacamos su importancia y sabemos que debe ser tomada en serio y ser sumamente honrada. Esto es lo que sucede por lo general, la persona que ocupa una posición “de peso” o cuya influencia “pesa”, es honorable o digna de respeto y por lo tanto resulta imponente y admirable. Es de esta misma forma cómo debemos ver a Dios, Su presencia y Su voz es imponente, Su gloria pesa y Él es admirable. Por lo tanto, por ser Él quién es, Su nombre y Su presencia, es Digno de honra.

Pero veamos, ¿de qué otra forma honramos Su nombre?

Podemos honrar a Dios con nuestro servicio, al poner a trabajar los dones y talentos que Él nos ha dado, así como los bienes que hemos recibido de Su mano.

Pongamos como ejemplo esto último. Cada vez que honramos a Dios con nuestros bienes, reconocemos que Él es nuestro proveedor y que todo lo que tenemos proviene de Él y le pertenece. Cada vez que honramos a Dios con nuestros bienes, reconocemos que nuestro tesoro está en Él y no en las riquezas de este mundo. Le obedecemos, entonces también le honramos, lo adoramos y demostramos temor a Él en reverencia.

Sin embargo, es muy importante que recordemos que la honra a Dios abarca muchísimas cosas y no está únicamente relacionada con bienes materiales o riquezas, de hecho, la Biblia nos dice que un sacrificio de gratitud a Él verdaderamente le honra. ¿Habías pensado que, al darle gracias a Dios, le estás honrando? (Salmo 50:23 NVI o NTV).

Te invito a meditar de qué otras maneras crees que puedes honrar a Dios.

Considera algo, cuando nos volvemos demasiado familiares o cómodos con algo o alguien existe el peligro de que perdamos el respeto o la apreciación por ello. Oremos a Dios para que esto no suceda, sino que conocerlo cada vez más a través de una relación íntima nos llene de más admiración y honra por quién es Él. Que nuestra cercanía a Él al tener una relación íntima diaria no nos haga dejar de honrarlo ni apreciarlo.

Debemos recordar que Dios es Digno de honra, y quizás el hecho de saber que los ángeles y los veinticuatro ancianos le adoran, nos inspire a adorarle y brindarle mucha más honra.

Ellos arrojan sus coronas, en rendición, diciendo que Él es digno de recibir la gloria y la honra y el poder, aun cuando ellos no han sido redimidos por la sangre de Cristo. ¿No promueve esto nuestra adoración? Ellos reconocen que la dignidad le corresponde a Dios. Los ángeles dan crédito a Dios por su obra y trabajo. ¿Tenemos menos motivos para alabarle o darle gracias? ¿Tenemos menos motivos para honrarlo? No. Tenemos más motivos para brindarle honra.

¿Reconoces que Dios es el Dios Grande, Verdadero, REY y SEÑOR Soberano en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra? Entonces dale honra.

Dios ha dicho que Él honra a quienes le honran y que todo aquel que le sirve será honrado por el Padre (Juan 12:26). ¿No te alegra saber esto? Honra a Dios con tu servicio. Hónralo con tu amor y tu obediencia. Hónralo con tu adoración y alabanza. Hónralo con tu tiempo y con los recursos, bienes y riquezas que te ha dado. Hónralo con tu obediencia. Hónralo con tu gratitud. Hónralo poniéndolo en el primer lugar de tu corazón. Hónralo de todas las formas en las que puedas expresarlo.

Deja que el Espíritu Santo guíe tu vida a la honra... Sólo por medio de Él podremos hacerlo. Es interesante que la Biblia nos enseña que transgredir la ley es deshonrar a Dios, y cuando leemos esto pudiéramos pensar: "honrar es imposible, es imposible cumplir la ley a la perfección", sin embargo debemos recordar que cuando el Espíritu Santo vive en nosotros, Él va produciendo en nosotros lo que nosotros no podíamos, Él produce Su fruto; el amor, y por ende la honra.(Ezequiel 36:27 "Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra").

UNA HISTORIA DE DESHONRA Y HONRA EN LA BIBLIA.
La Biblia nos cuenta la historia de un sacerdote llamado Elí, cuyo nombre significa "Exaltar a Yahveh" sin embargo, pese a su nombre Elí no honró a Dios. Elí menospreció el servicio y las ofrendas que debían ser presentadas a Dios. Lo que sucedió en esta historia fue que Elí dio mayor honra a sus hijos antes que a Dios y esa fue la esencia de su fracaso: haber honrado más a sus hijos que al Señor. ¿Será que la esencia del fracaso podría estar relacionada con una falta de honra?
Sin embargo, para finalizar el devocional de este día me gustaría mencionar la historia de aquella mujer que, a los pies de Jesús, llorando comenzó a regar sus pies con sus propias lágrimas. Imagina esta escena: la mujer enjuaga los pies de Jesús con sus cabellos, comienza a besar sus pies y a ungirlos con aquel perfume que había traído, sin duda un regalo caro para honrar a Jesús. Aquella mujer le brindó una honra a Jesús. Una honra de devoción, amor y servicio. Ungió los pies de Jesús con un perfume fragante, un perfume de honra. Aquella mujer con un corazón humilde, reconociendo quién era Jesús y cuál era su posición ante Él, se postró y comenzó a brindarle honra. Enseñándonos una honra sin palabras. El costo del perfume no fue lo que le dio el valor a su acción sino su devoción a Jesús. Hoy Dios te dice:

-"Bríndame la honra de tu devoción"-

ORACIÓN:

Perdóname Dios cuando te he llamado Padre y no te he brindado la honra que tú mereces como mi Padre. Perdóname Dios cuando te he llamado Señor, pero tampoco te he brindado la honra que mereces por ser mi Señor. No quiero brindarte una honra de labios y que mi corazón esté lejos de ti. Perdóname cuando no te he puesto en el primer lugar de mi día o cuando no lo has sido en mi corazón. Enséñame a amarte, pon en mi corazón más amor por ti, que este amor por ti sea mayor que por cualquier cosa o persona. Se Tú, Dios, mi tesoro, mi porción, mi mayor deleite, mi amado.

Enséñame a honrarte dándote lo mejor y permíteme ver y aprovechar todas las oportunidades que me das para hacerlo sea con mis palabras, alabanza, adoración, servicio, talentos, obediencia, ofrendas, tiempo, atención o a la hora de buscar tu consejo. En Tu nombre Jesús, amén.

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

Un Principio Del Reino: La Honra

¿Hemos reconocido la deshonra como pecado o lo hemos minimizado de tal forma que no lo consideramos pecado? ¿La deshonra se ha vuelto tan común que ha pasado desapercibida? ¿Cómo es vista la deshonra en lo cotidiano? En medio de una generación que ha olvidado el mandato de la honra que caracteriza el vivir del Reino, es necesario un despertar. Dios quiere traer un despertar a la honra.

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Nos gustaría agradecer a Fátima Meza por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://linktr.ee/soyfatimaa