Un Principio Del Reino: La HonraMuestra
EL DESPERTAR A LA HONRA
Remotamente hemos escuchado o leído predicaciones o artículos sobre la honra, ¿no es así?, creo que hablar de honra cada vez es menos común dentro de las iglesias. Si comenzamos a pensar en ello, es sorprendente darse cuenta de que la honra ya no se predica ni se enseña excepto en las reuniones de domingo en aquel breve tiempo en donde alguien habla de honrar a Dios con las ofrendas. Esto es una realidad, actualmente ya no suele hablarse de honra en las predicaciones. Para algunos es un tema muy básico y cliché, mientras que para otros la honra no es un tema que estén deseosos de escuchar. Tal vez creo que en algún punto llegué a pensar que la honra era un tema básico y cliché tanto que menosprecié este precioso mandato. En toda mi vida cristiana veía que los pocos predicadores que hablaban sobre la honra comenzaban a hablar sobre ella a modo de motivación, recompensa, buscando incentivar a los jóvenes en especial, para que honraran a sus padres de tal forma que veía todos los mensajes que tuvieran que ver con la honra como mensajes motivacionales menospreciándolos. Sin embargo, esto cambió una noche mientras estaba leyendo sobre la honra a los padres, aquel día el mandato de la honra penetró en lo más profundo de mi ser, partió mi alma y mi espíritu como nunca antes lo había hecho y me di cuenta de que hablar de honra no es un mensaje motivacional de recompensa e incentivo que sea básico o cliché, sino que es un mandato con promesa que es verdadero y se cumple como toda la Palabra de Dios lo hace. Poco a poco, Dios me fue recordando lo que por muchos años deseché, me mostraba la honra como una llave y como un principio de su reino. Dios me dijo aquella noche: “Mi reino es caracterizado por la honra”.
PeroPero, ¿qué es la honra? En el hebreo la palabra honra es “Kabod” que significa “honor, honra, gloria”, algunos sinónimos de honra son: estima, consideración, respeto, valor, dignidad y reconocimiento.
Es interesante ver que toda honra parte de Dios, es decir, si alguien honra a Dios, también honrará a sus padres, a las autoridades, pastores, líderes, maestros y cónyuges. Aprendiendo así que la honra a Dios está íntimamente relacionada con todas las demás honras que podemos demostrar a las personas. Tal y como el mandamiento de amar. En 1 Juan 4:20-21 leemos que, si decimos amar a Dios, pero odiamos a nuestro hermano somos mentirosos porque, si no amamos a nuestro hermano a quien físicamente podemos ver, mucho menos amaremos a Dios a quien no vemos. Lo mismo sucede con la honra, si no honramos a las personas que nos rodean a quienes vemos físicamente no podemos decir que honramos a Dios a quien no podemos ver.
Reconociendo que la honra es un principio muy importante que debe estar presente en nuestra vida, la abordaremos a lo largo de estos días en las diferentes áreas y relaciones partiendo así desde la honra a Dios.
"La honra es una llave. Una llave de estima y respeto. Una llave de demostración de aprecio, consideración y reconocimiento. Una llave que valora respeta y confiere dignidad".
"Comúnmente la honra es conocida como una llave que abre puertas. Una llave que abre puertas de honra o que nos abre puertas de oportunidades, bendiciones e incluso promesas".
"Toda honra parte de conocer nuestra posición y de vernos con el concepto que nos corresponde, de no sentirnos superiores a nadie, por lo que un corazón humilde será un corazón que honrará".
Hoy te invito a que te examines a ti mismo, tómate un tiempo y con la ayuda del Espíritu Santo comienza a examinarte. Pídele que te enseña a quienes no has honrado y cómo es que has desobedecido o deshonrado.
No estamos hablando de esfuerzos humanos por cumplir los mandatos ni tampoco de mérito alguno para obtener bendiciones, pero sí de la fe que va acompañada de obras y que se caracteriza en una vida de obediencia a Dios.
Una fe que es sincera y genuina es vista incluso en la honra a Dios y a tu prójimo. ¿Será que nuestra fe ha sido muerta? Comenzar a meditar en ello trajo un despertar a mi vida. Un despertar a la honra, un despertar de arrepentimiento y confesión a Dios.
Por lo general, cuando hablamos de pecado solemos pensar en el pecado de mentir, robar, en el adulterio, fornicación e idolatría, en avaricia, codicia etc. pero el pecado de la deshonra suele pasar desapercibido. No minimícenos el pecado de la deshonra. La deshonra es un pecado del cual también debemos arrepentirnos, y Dios es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos si se lo confesamos.
ORACIÓN:
Padre te pido que traigas un despertar no solo a mi vida sino a toda tu iglesia. Trae un despertar a la honra, enséñanos a honrarte a ti y a nuestro prójimo, que tengamos una fe genuina en ti que sea vista en el amor y honra unos a otros. Perdona el pecado de deshonra. En lo personal confieso que he pecado contra ti. Ayúdame a vivir una vida caracterizada por el principio de tu Reino, una vida de honra. Cada día me despojo de mi vieja naturaleza con el poder de tu Espíritu Santo. En el nombre de Jesús, amén.
Acerca de este Plan
¿Hemos reconocido la deshonra como pecado o lo hemos minimizado de tal forma que no lo consideramos pecado? ¿La deshonra se ha vuelto tan común que ha pasado desapercibida? ¿Cómo es vista la deshonra en lo cotidiano? En medio de una generación que ha olvidado el mandato de la honra que caracteriza el vivir del Reino, es necesario un despertar. Dios quiere traer un despertar a la honra.
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Nos gustaría agradecer a Fátima Meza por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://linktr.ee/soyfatimaa