¡Obedece O...!Muestra
¿Y cómo actúa entonces el nuevo rey? … “Váyanse por ahora —respondió Roboán—, pero vuelvan a verme dentro de tres días” (1 Reyes 12:5).
Cuando el pueblo se fue, el rey Roboán consultó con los jefes, hombres sabios que en vida de su padre Salomón habían estado a su servicio. “¿Qué me aconsejan ustedes que responda a este pueblo?”, preguntó. Y es un ejercicio perfectamente sano, perfectamente correcto, además, porque si no sabemos qué hacer, debemos preguntar a los que sí saben.
Aquí está la respuesta y la enseñanza del día de hoy: la importancia de la sabiduría y el consejo. Levanta la mano, pide consejos. No te dé pena decir que no sabes; con la pena no vas a resolver la situación que se pudo haber resuelto levantando la mano y preguntando.
Entonces, Roboán lo hizo bien en primera instancia: le preguntó a la corte. Ellos le respondieron: “Si tú te pones hoy al servicio de su pueblo, eres condescendiente con ellos y les respondes con amabilidad, ellos te servirán para siempre” (Vrs. 7).
Estas son las recomendaciones de sus consejeros: primero, póngase al servicio de su pueblo, como debe hacer un gobernante, como debe hacer un líder. Segundo, sea condescendiente con ellos. Y tercero, responda con amabilidad.
Estos hombres experimentados, además, le dicen que así se va a evitar problemas a futuro. Se lo están diciendo hombres experimentados en situaciones difíciles, porque las situaciones difíciles son las que nos dan experiencia.
Pero Roboán rechazó el consejo que le dieron los jefes experimentados y consultó, más bien, con los jóvenes que se habían criado con él y que estaban a su servicio (Vrs. 8).
Imagina que una persona joven le pregunta a un hombre experimentado en temas de negocios: “¿Tú cómo haces para hacer buenos negocios?” Y él responde: “Tomando buenas decisiones”. Entonces el joven pregunta: “¿Y cómo aprendiste a tomar buenas decisiones?” A lo que el hombre experimentado contesta: “Experiencia”. El joven seguía inquieto por querer saber detalle, entonces preguntó de nuevo: “Y cómo adquiriste experiencia”. Finalmente, el hombre experimentado lo mira a los ojos y le responde: “Habiendo tomado malas decisiones al comienzo”. Y justo esto no fue lo que hizo Roboán; él rechazó el consejo de los hombres experimentados y sabios, y decidió, más bien, consultar a los jóvenes inexpertos.
Aquí hay otra enseñanza para nosotros, sobre todo si tú eres un hombre o una mujer joven en posiciones de liderazgo. Es algo que no te puede faltar: criterio. Tu criterio te servirá para tomar decisiones sabias o malas, porque si tiene un criterio sensato, tendrá decisiones sensatas. Ahora, volviendo a Roboán, ¿cuál es el criterio de este hombre? Consultó con los jóvenes que se habían criado con él y que estaban a su servicio.
¿Sabías tú que Roboán tenía 17 años cuando comenzó a reinar? Esto nos dice que era un hombre inexperto porque vivía en una sociedad donde lo más importante era el bienestar, no la prudencia, la sabiduría o el bienestar de toda una nación.
Y la pregunta final es: ¿cómo hacemos para ganar experiencia? Necesitamos enfrentarnos a los problemas. Necesitamos aprender a enfrentarnos a la vida. Necesitamos asumir responsabilidades. La vida se trata de eso, de que sepamos rodearnos de personas sabias, experimentadas, y que aprendamos a levantar la mano, a aceptar que no nos las sabemos todas y a que necesitamos de otros para tomar decisiones sabias, sensatas y prudentes.
"El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor; conocer al Santo es tener entendimiento" (Prov. 9:10).
Escrituras
Acerca de este Plan
La verdadera obediencia se revela y se prueba en los momentos difíciles. Cuando las circunstancias son favorables y todo va bien, obedecer puede parecer fácil y natural. Sin embargo, cuando enfrentamos desafíos, tentaciones o situaciones adversas, es cuando nuestra obediencia a Dios se pone a prueba de manera real.
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