Tú Eres Un Dios Que Me VeMuestra

Cuando pides perdón, Dios ya no ve tus pecados

"Esconde Tu rostro de mis pecados, y borra todas mis iniquidades. Crea en mí, oh, Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí" (Salmo 51:9-10, NBLA).

David era plenamente consciente de sus pecados después de que Dios le confrontara con su comportamiento a través del profeta Natán. David no intentó buscar excusas o justificar su transgresión. Pero tampoco se hundió en la desesperación y el remordimiento. En cambio, David pidió a Dios perdón y un corazón puro. David no tenía la intención de seguir pecando en cuanto el Señor no viera sus pecados. No, David se arrepintió de verdad y quería cambiar. Él quería estar de nuevo en una relación justa con el Señor Dios, y, por lo tanto, anhelaba tener un corazón puro y sin pecado.

David recibió el verdadero perdón. Pero no es el único. El profeta Miqueas exclamó asombrado: "¿Qué Dios hay como Tú, que perdona la iniquidad y pasa por alto la rebeldía del remanente de Su heredad?..." (Miqueas 7:18, NBLA). Cuando Dios perdona, no vuelve sobre nuestros pecados. Los arroja a las profundidades del mar (Miqueas 7:19), para que sean perdonados y olvidados.

Si alguien te ha hecho daño y te pide perdón, ¿estás dispuesto a perdonarle de todo corazón y a olvidar lo sucedido? ¿O seguirás pensando en su falta durante años, dejando que arruine vuestra relación y provocando que te amargues y te llenes de resentimiento? ¿Tienes algún ejemplo de tu propia vida cuando se trata de dar y recibir perdón?