¡Para Que Comprobéis!Muestra

“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Rom.12:1-3)

Estoy muy emocionado de poder ir concluyendo esta serie de devocionales que hemos llamado “La transformación del alma” los cueles pueden encontrar también en Youversion. Es mi oración que todo lo que estoy compartiendo contigo esté siendo de edificación para tu vida como lo ha sido para la mía.

Ahora, tal como lo hemos venido haciendo en nuestros planes anteriores quisiera introducir estas reflexiones con algunas definiciones relacionados con el verbo comprobar según la Real Academia; comprobar es «Tener la certeza de la veracidad de una suposición, un dato o un resultado obtenido anteriormente mediante demostración o pruebas que los acreditan como ciertos».

Dos verbos que nos ayudan a entender mejor lo que el apóstol Pablo nos está diciendo aquí con relación a «experimentar» y «manifestar». Este es el último verbo del versículo base que estamos viendo. Fíjate que no es el primero, y por eso, a veces la gente se decepciona, porque quieren ver una manifestación o la trasformación de forma instantánea e inmediata en el ámbito natural de todo lo que Dios ha hecho por ellos en el espíritu, pero la realidad es que no es así.

Como ya lo hemos dicho en nuestros planes anteriores, aquí no podemos cortar el camino, no hay atajos que valgan la pena. Lo primero es entender que no debemos conformarnos al sistema anticristo, para después comenzar la transformación del alma por medio de la renovación de nuestro entendimiento, y entonces, podremos experimentar la buena, perfecta y agradable voluntad de Dios manifestada en cada área de mi vida.

Permíteme detenerme aquí por un momento. Es de terminante que creas en la bondad de Dios. Que sepas que Dios es siempre, siempre bueno. No que lo sientas, sino que lo sepas, que tengas una convicción al respecto. Dios no es bueno con nosotros porque nosotros seamos buenos, sino porque Él es siempre bueno. Su bondad no es como el concepto de bondad que nosotros podamos tener, sino que lo supera con creces.

Así que todo lo malo que vemos suceder no ha sido causado por Dios, ni es algo que Él envía para castigar a la humanidad. Dios está amando al mundo, y quiere manifestar Su bondad en cada uno de nosotros. Dios no es nuestro problema, no está poniendo palos en las ruedas para que nos caigamos.

Es importantísimo que estemos plenamente convencidos de la bondad de Dios, y que Dios siempre quiere lo mejor para nosotros, y por eso envió a Jesús, porque no hay nada mejor. Algunos lamentablemente dicen que lo mejor está por venir, pero lo mejor ya vino y se llama Jesucristo.

Perdona que insista en esto, pero creo que es muy importante que lo tengamos claro. No estoy diciendo que tenemos que hacer ciertas cosas para conseguir que Dios nos dé algo, o para que Dios haga algo a nuestro favor. No tenemos que ganarnos o merecer las cosas que Dios tiene para nosotros.

Lo que estoy diciendo es que debemos entrar en el proceso de la transformación del alma para que experimentemos lo que ya Dios por gracia ha puesto en nuestro corazón.

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