El Poder Transformador De La GratitudMuestra

Por lo que oramos

Cuando oramos, tendemos a enfocarnos en las circunstancias de nuestra vida. Es algo muy natural. Están pasando cosas en nuestras vidas que no nos gustan. Algunas nos están causando un dolor considerable y queremos que se eliminen. La vida, razonamos, sería mejor si estas circunstancias fueran diferentes.

Por muy difícil que sea para nosotros entender, y mucho menos aceptar, las circunstancias preocupantes son una puerta giratoria. Siempre estarán con nosotros. Una es reemplazada, demasiado pronto, por otra. El resultado es una creciente ansiedad y desesperación.

Lo que Pablo tiene que decir en Filipenses 4 es muy profundo. Nos dice que no estemos ansiosos, sino que presentemos nuestras peticiones a Dios.

La clave, sin embargo, es ser agradecido. «Con acción de gracias», dice Pablo. Nótese que la acción de gracias no es condicional puesto que acompaña a la solicitud, no al resultado. En otras palabras, Pablo nos está animando a ser agradecidos cuando hacemos nuestras peticiones, lo cual es infinitamente más importante que si esas peticiones son respondidas como esperamos.

¿Cuál es el resultado de este tipo de acción de gracias? Paz. Cuando nos acercamos a Dios de esta manera, él nos bendice con su paz que trasciende todas las circunstancias, la razón y el entendimiento.

Cuando percibimos nuestra relación con Dios de esta manera, Dios puede proteger nuestros corazones y mentes de la ansiedad que golpea la puerta. No lo hace eliminando las dificultades. Lo hace proporcionando una relación con nosotros que se eleva por encima de todas las dificultades.

La paz que encontramos en la oración es esta: tenemos acceso a Aquel que trasciende todo lo que nos preocupa. Solo en eso, hay mucho por lo que estar agradecido.