Sanando en medio del dolorMuestra

Necesitamos las pruebas.

Si alguien me hubiera contado lo que iba a vivir durante este último año, no le hubiera creído. Sin duda, este tiempo ha sido una de las pruebas más difíciles que he tenido que enfrentar, casi todas las áreas de mi vida han sido quebrantadas. Pero durante el mismo, ¿Dios ha sido bueno? ¡Claro que sí! Me preparó a mí y a mi familia para lo que íbamos a enfrentar, y mientras lo enfrentábamos, nos fue fortaleciendo y mostrando su cuidado, misericordia, y bondad.

En este año (que me ha parecido muchos más del que ha pasado) ya Dios me ha enseñado mucho, y una de las cosas que he podido aprender es que a veces necesitamos las pruebas para conocer verdaderamente la bondad de Dios.

Como creyentes siempre lo repetimos: “Dios es bueno”, pero en ocasiones solo enfrentado de manera personal una prueba o situación de incertidumbre o dolor, podemos genuina e intensamente ver cómo, sin importar la circunstancia, lo que sintamos, o lo que nuestros ojos vean o no vean, ¡Dios es bueno todo el tiempo y tiene cuidado de nosotros!

Mi prueba aún no termina y podría asegurar que será un valle largo por recorrer, donde aún faltan muchas enseñanzas por aprender. Pero hoy, sé que aunque ande en valle de sombra y de muerte no temeré mal alguno porque Dios está conmigo, y que mi paz no viene de la ausencia del problema, sino de saber que Dios está conmigo en medio de este.

¿Puedes creer esto también para tu vida? ¡Dios está contigo en medio del valle que estés atravesando!

“Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas" (Isaías 43:2).