Vida NuevaMuestra
¿Y CÓMO PUEDO SER LUZ Y SAL?
Existe un versículo en Romanos que dice:
“Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta".
Acá Pablo nos exhorta a varias cosas:
- A no seguir al mundo. Básicamente, que no vivamos según los criterios del mundo. Que no imitemos las conductas ni las costumbres de este mundo. Al contrario, que en esta nueva vida vivamos según la guía del Espíritu Santo. Pablo dice que, si quieres esta vida nueva, debes estar dispuesto a ser diferente. Esto de seguro no es tan sencillo como parece, ya que, por todos lados (familia, amigos, TV, Internet, etc.), recibimos presión para seguir las costumbres del mundo, y así, confundirnos con la multitud. Nos deben gustar las mismas cosas, debemos pensar de la misma manera, vestirnos de cierta forma o bajo ciertos estándares, seguir ciertas tendencias o comprar lo mismo. Peor aún, debemos tener los mismos valores que la mayoría. Los seguidores de Jesús son desafiados a ser diferentes. Viven diferente. Te invito a romper de una vez con el pasado, con los malos hábitos, con lo dañino y malo que tenías, con lo que te llevaba al precipicio y comenzar una vida nueva.
- A renovar nuestra mente. A través de la lectura y del estudio constante de La Palabra, y con la ayuda del Espíritu Santo, nuestros ojos y nuestro entendimiento se van abriendo a la verdad y ya no vamos a tener puesto un velo que nuble nuestros pensamientos y nuestra percepción de la realidad. Alguna vez escuché de un muy buen amigo que el estar constantemente en oración y sumergido en el estudio de La Palabra es como ir caminando con una luz encima de uno que te protege, te ilumina y muestra el camino que quiere Dios para ti.
- A tener una vida transformada. Junto con lo anterior, nuestras vidas van a ser transformadas. Estaremos siguiendo los caminos de Dios y las huellas de Jesús; huellas dejadas por alguien que tuvo una vida perfecta y santa, sin manchas. Nuestras vidas serán distintas. Si nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestro actuar van a seguir una sola línea y esa línea es la línea trazada por Dios. Además de ser íntegros, nos vamos a dar cuenta cuál es la voluntad de Dios y vamos a entender que siempre es buena, agradable y perfecta. Vamos a estar en un proceso de santidad: Una vida forjada por el amor a Dios y por el amor a nuestro prójimo.
- A ofrecernos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. Es decir, ofrecer cada parte de nuestras vidas a Dios. Esto incluye nuestros planes para el futuro, dinero, el trato con la gente e incluso cómo usamos nuestro tiempo. Cuando depositas la confianza en Jesús, tus prioridades cambian y las relaciones pasan a ser lo más importante: la relación con Dios y las relaciones con tu prójimo. Es por esto que muchos cristianos pasan diariamente tiempo a solas con Dios en oración y leyendo la Biblia. Dan prioridad a Dios. No de palabra sino de hecho. De lo que estamos hablando es poner a Dios en el primer lugar, no tus ambiciones (auto, casa, trabajo familia, etc.). Está bien tener estas ambiciones, no es malo. Pero el mismo Jesús nos dijo: “Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas". En resumen, que cada cosa que hagas sea para glorificar y honrar a Dios.
Este último punto (Sacrificio vivo, santo y agradable) me hace pensar, ¿cómo sería ofrecer cada parte de nosotros a Dios? Por ejemplo, nuestros pensamientos. ¿Estamos pensando en lo malo que fue una persona y cómo podemos hacerle daño o en cómo ayudarlo y bendecirlo? Los oídos. ¿Qué escucho? ¿Coloco más atención en el chisme o en el buen consejo? ¿Qué tal con los ojos? ¿Ocupas tus ojos para ver pornografía, las redes sociales, TikTok o para leer y estudiar la Biblia? ¿Y tu mente? ¿Cómo la alimentas, con chatarra o con buen alimento? El alimento de la mente es todo lo que ingresa por tus ojos y/o por tus oídos. ¿Pasas horas viendo TV, viendo las noticias, viendo pornografía o lees La Biblia o ves películas que te edifican? ¿Escuchas alabanzas que te edifican o escuchas otro tipo de música que degrada a los seres humanos? ¿Y nuestra boca, nuestra lengua, nuestras palabras? La manera en que manejamos la lengua es un gran indicador de nuestros corazones ante Dios. Nuestras palabras revelan el estado de nuestros corazones. ¿Usamos nuestras palabras para bendecir y alentar o para herir y destruir? ¿Siembras cizaña y discordia o siembras paz y amor? ¡Dios aborrece la discordia!
Una de las mejores formas de ofrecerte como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios es sirviéndolo. El mundo valora el poder, el protagonismo y la ambición, pero para los cristianos, servir a Dios es nuestro más alto honor. A veces, la gente piensa que solo los que trabajan para la iglesia son siervos de Dios, pero todo creyente está llamado, y es un mandato, a servir al Señor. Dios nos coloca en situaciones, vocaciones y lugares donde podemos tener un impacto para Cristo. Piensa en la madre que se queda en casa y cría a sus hijos con amor al Señor, o en el hombre postrado en cama que ora por su familia de la fe, o en aquellos amigos que fueron a comprar alimentos para uno de ellos que se quedó sin trabajo y estaba pasando por un mal momento económico, o en aquella hija que cuida a su madre y en cada visita le lleva una semilla de la Palabra. O aquel hijo que todas las semanas aparta tiempo para visitar a su padre y lo lleva a sus sesiones de kinesiología, semana tras semana, en amor y gozo. Aunque ninguna de las situaciones implica poder o el reconocimiento del mundo, todas sirven al Señor y a Él le agrada esa fidelidad.
La presencia del Espíritu Santo es fundamental para la vida cristiana, para crecer y madurar en la fe y para producir un cambio radical en nuestras vidas. A pesar de nuestros mejores esfuerzos, no tenemos la capacidad de producir, por nosotros mismos, frutos y un carácter semejante al de Cristo, y aunque hemos sido declarados justos a través de la fe en Él, todavía sucumbimos al pecado, a las presiones del mundo y a las tentaciones del diablo. Felizmente, tenemos un recurso que es mayor que cualquier obstáculo: el omnipotente Espíritu de Dios que mora en nosotros. Él obra todo el tiempo para transformarnos a la imagen de Cristo, para hacernos santos, dándonos deseos santos, haciéndonos sensibles a su guía, y ayudándonos a obedecerlo y servirle. Cuando nos sometemos al Espíritu, cuando lo escuchamos, lo obedecemos y no ponemos barreras, crecemos en la fe y nos asemejamos más a Cristo. No obstante, esto no significa que no participemos en el proceso. La verdad es que debemos cultivar actitudes de obediencia. Esto incluye amar a los que no son amables, cuidar nuestra lengua y no andar hablando mal de otros, elegir la alegría en lugar de la queja, ser amables cuando preferiríamos no serlo, y ser pacientes a pesar del miedo, la frustración o la ira. Cuando confiamos en el Espíritu Santo, nuestro corazón cambia: el amor echa raíces, la alegría llena nuestro corazón, la bondad se siente bien, la paciencia produce un espíritu apacible, y comenzamos a dar frutos, frutos del Espíritu Santo: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.
Preguntas para reflexionar
- ¿Te estás entrenado para ser luz?
- ¿Crees que necesitas madurar espiritualmente para que reflejes la luz de Cristo y ser sal que condimente la vida de otros?
- ¿Qué hábito puedes abandonar y reemplazarlo por uno santo?
Espero que tengas un excelente y muy bendecido día. Nos vemos en la próxima lectura.
Alfonso
Acerca de este Plan
El arrepentirse y aceptar a Jesús como tu Señor y Salvador es un paso gigante que das. Recibes la salvación, al Espíritu Santo y quedas sellado. Como nueva creación, somos otras personas y estamos llamados a ser diferentes a lo que el mundo quiere. Estamos llamados a vivir una vida santa y agradable a Dios. En este plan veremos cómo podemos lograr ese estilo de vida que complace al Padre.
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Nos gustaría agradecer a Alfonso Rinsche Casanova por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://whatsapp.com/channel/0029VaLYNkx2ER6kCcWmdX0T