Elevar - Subiendo los estándares de las conversaciones sobre la tensión políticaMuestra

Veamos el mismo versículo de ayer, pero desde un ángulo diferente. Es fácil leer este versículo y centrarse únicamente en amar a nuestro prójimo. Después de todo, Pablo dice que ese es el resumen de toda la ley. Pero a menudo pasamos por alto la última parte del mandamiento: como a ti mismo. El amor no es un sentimiento afectuoso; es algo que elegimos dar. Pero no puedes dar algo que no tienes. Entonces, ¿cuál es tu visión actual de ti mismo? ¿Eres tu peor crítico? ¿Cuándo fue la última vez que te concediste gracia y te mostraste bondadoso contigo mismo? Eso es lo que debemos hacer con los demás, pero tiene que empezar por nosotros.

Hoy, enfócate en cómo te ve Dios: perdonado, adorable, valioso y maravilloso. No importa lo que los demás digan de ti, la visión que Dios tiene de ti es la verdadera.