En Su PresenciaMuestra

El poder de Su presencia

Como cristianos, estar en la presencia de Dios es parte de nuestro llamado; fuimos creados para ser aquellos que reflejemos a nuestro Creador, llamados a ser testigos a quienes nos rodean acerca de Aquel que vive en nosotros. Damos a los demás del fruto que llevamos dentro, como dice en Juan 15:5: “Yo soy la vid y ustedes las ramas. El que permanece en mí, y yo en él, producirá mucho fruto, pues separados de mí, ustedes no pueden hacer nada".

Cuando mi esposo y yo estábamos recién casados experimentamos una etapa de aprendizaje mutuo ya que venimos de diferentes países y crecimos con normas distintas, lo que generó confusión al comienzo de nuestro matrimonio. Incluso las palabras que sonaban similares tenían significados completamente diferentes para cada uno de nosotros. Sin embargo, con el paso de los años sucedió algo notable. Las amistades nuevas que llegaron a nuestras vidas asumían que yo era de su país y viceversa. Sin darme cuenta, muchas de mis expresiones se volvieron naturales para él y muchas de sus palabras pasaron a formar parte de mi vocabulario. Cuanto más tiempo pasábamos juntos, más se mezclaban nuestras formas de hablar y pensar, haciéndonos a cada uno parte del otro.

Siempre me ha llamado la atención que la Palabra de Dios hace un paralelo de nuestra relación con Cristo, como la Iglesia siendo la novia y Cristo siendo el esposo. Esta imagen refleja la constante comunión y unidad que debe existir en nuestra relación con Dios. Nuestro vínculo con Cristo nos capacita para testificar a los demás y nos permite amar, perdonar, creer y caminar en fe. El solo conocer acerca de Cristo no trae transformación; es el poder de Su presencia lo que genuinamente cambia nuestras vidas de adentro hacia afuera, permitiendo la vida de Jesús sea evidente en cada uno de nosotros.

Hay un pasaje en el Nuevo Testamento, que nos relata el momento en que Pedro niega a Jesús tres veces. Lo que más me llama la atención de este pasaje es que la gente reconoció a Pedro como uno de los seguidores de Jesús no porque los vieron juntos en ese momento, sino por la forma como lucia y como se comportaba. Incluso mientras intentaba negar conocer a Jesús, la transformación de Pedro fue tan profunda que no pudo ocultar el hecho de que Jesús ya era parte de él.

Hoy quiero invitarte a ser intencional en conectar en una relación más profunda con Dios, permite que Su presencia te guíe, te transforme y te muestre el camino que Él quiere que tomes. Cuanto más tiempo pases en la presencia de Dios, más Su luz brillará a través de ti y se hará evidente a quienes te rodean. La luz de Jesús puede impactar genuinamente a tu familia, tu lugar de trabajo, tu escuela y cada lugar que Dios te permita llegar. Deja que Él sea quien brille a través de cada área de tu vida.