Liderando En Tiempos De CrisisMuestra

Introducción

Hola amigos, bienvenidos al quinto episodio de nuestra serie "Cómo liderar en tiempos de crisis". En el episodio anterior, vimos cómo enfrentar la oposición y aprendimos a ponernos de rodillas, ponernos en guardia, ponernos en forma y ponernos de pie.

Los enemigos internos

En tiempos de crisis, no solo enfrentamos peligros externos, sino también enemigos internos. Nehemías 4:6 (RV1960) dice: "Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar". Nehemías no solo tuvo que enfrentar la oposición externa sino interna. Veamos cuatro enemigos internos que todo líder debe aprender a vencer en tiempos de crisis.

Primer enemigo: El desánimo

La Biblia nos enseña que el pueblo trabajó mientras tuvo ánimo y llegaron a construir la muralla hasta la mitad. El problema es que media muralla no brinda media protección, sino que no brinda ninguna protección. Medio esfuerzo no produce medio resultado, sino que no produce ningún resultado. La palabra "mediocridad" proviene del latín "medio" (mitad) y "ocre" (piedra o roca). Esta palabra se usaba para describir a los alpinistas que no llegaban a la cumbre, sino que se conformaban con llegar solo a la mitad de la montaña. Muchos líderes han caído en la mediocridad a causa del desánimo. Es crucial fortalecernos en el Señor cuando el desánimo nos golpee.

"Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo" (Filipenses 1:6 RV1960).

Segundo enemigo: El cansancio

"Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado" (Nehemías 4:10 RV1960).

El cansancio es un enemigo peligroso. Las personas cansadas son más propensas a contraer enfermedades, tener accidentes y ser vulnerables a la tentación. El cansancio afecta las relaciones, el rendimiento y el estado emocional. Jesús nos enseñó en Mateo 11:28:

"Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso".

Para vencer el cansancio, debemos correr a Jesús, quien puede renovar nuestras fuerzas y aliviar nuestras cargas.

Tercer enemigo: La frustración

"El escombro es mucho" (Nehemías 4:10 RV1960).

La frustración hace que nos enfoquemos en lo que falta, en lugar de en lo que hemos logrado. El pueblo de Israel se sentía frustrado porque, a pesar de su arduo trabajo, sentían que faltaba demasiado por hacer. La frustración exagera los problemas y nos hace olvidar el progreso. Si sientes que aún falta mucho, recuerda que ya no estás donde empezaste. Con la ayuda de Dios, completarás tu obra.

Cuarto enemigo: El fracaso

"No podemos edificar el muro" (Nehemías 4:10 RV1960).

El fracaso es un sentimiento de impotencia que nos lleva a pensar que la tarea es demasiado difícil y a querer rendirnos. Todos enfrentamos el fracaso, pero hay una diferencia entre fracasar y ser un fracasado. La Biblia dice en Proverbios 24:16:

"Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse; Mas los impíos caerán en el mal".

El fracaso no es caer, sino no volver a intentarlo. Si caíste, levántate. Si fallaste, corrige. Si ofendiste, pide perdón. Pero nunca te rindas.

Conclusión

Enfrentar enemigos internos en tiempos de crisis requiere valentía y fe. Fortalécete en el Señor para vencer el desánimo, corre a Jesús para superar el cansancio, enfoca tu mirada en el progreso para combatir la frustración y levántate después de cada caída para derrotar el fracaso. Dios está contigo y te ayudará a superar cualquier desafío. Que Su fuerza y sabiduría te guíen en cada paso.