Nuestro Amigo El Espíritu SantoMuestra

DE LO ORDINARIO A LO EXTRAORDINARIO

Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra (Hechos 1:8).

Lo primero fue recibir poder, para después ser testigos. No podían ser testigos eficientes sin haber recibido poder, y si recibían poder era para ser testigos, en cualquier lugar donde estuvieran.

¿Para qué queremos recibir poder? El poder no es para revelarnos ni para levantar nuestro propio imperio. El poder no es para oprimir a ningún ser humano, ni para manipular.

El poder de Dios es ilegal usarlo para fines propios.

¿Para qué es entonces? Es para ser testigo. Hay gente que hace un muy mal uso del poder.

Veamos, ¿cuál era la situación que vivían cuando recibieron estas instrucciones o palabras que leemos en Hechos 1:8?

Apenas 40 días atrás su mayor líder, Jesús, fue arrestado, condenado y asesinado por las fuerzas políticas, militares y religiosas del país.

Sus seguidores o simpatizantes fueron reducidos y avergonzados.

La poca fe o creencia de algunos ya no tenía fundamento. Su líder había sido exterminado.

Después de la resurrección de Jesús, él se les aparece y por 40 días comienza a reafirmar la fe de ellos, antes de ascender de nuevo al cielo.

Después de esto vemos a 120 personas que estaban esperando en esa casa reunidas, en pausa, sin recursos, sin posibilidades. ¡Hasta que recibieron poder! La promesa que Jesús les hizo, ¡se cumplió!

Recibieron lo que no tenían; fueron empoderados con un poder sobrenatural.

Recibieron nuevas lenguas. ¡Empezaron a predicar con osadía! Pasaron de lo ordinario a lo extraordinario.

En el primer discurso de Pedro se convierten 3000 personas. Literalmente, los discípulos de Jesús empiezan a expandir el Evangelio de Cristo a diestra y siniestra. La Biblia los describe como aquellos que trastornan el mundo (Hechos 17; 6).

Esto es lo que realmente ocurre cuando somos llenos del Espíritu Santo. Salimos de lo común, nos convertimos en gente diferente, osada, valiente. Él va a provocar en nosotros la necesidad de predicar a otros, de servir y de amar. Por eso necesitamos su llenura diariamente. ¿Quieres ser lleno? ¡Pídeselo ahora!