Gozo, un fruto del espírituMuestra

Alegría -vs- Celos

Historia Bíblica: Los líderes religiosos están celosos (Hechos 5:12-33).

Versículo Temático: 1 Corintios 3:3

¡Es hora de aprender sobre la ALEGRIA! Esta semana estamos estudiando los celos y cómo estos se roban nuestra alegría. Puede que estemos llenos de celos cuando le tenemos envidia a las ventajas o logros de los demás. Los celos pueden surgir cuando vemos las posesiones de otras personas, como juguetes o joyería. También pueden manifestarse en nosotros debido a cosas que nadie más que Dios puede controlar. Podemos tener celos de lo bien que alguien se ve, de que sus padres sean maravillosos, o de talentos con los cuales ellos nacieron. También puede que nos volvamos envidiosos unos de otros en la iglesia, por los regalos del Espíritu Santo, o los talentos que usamos. Eso es lo que pasó en la historia bíblica de hoy.

Pedro y otros apóstoles estaban haciendo numerosos milagros, reuniéndose por lo regular en el templo de Jerusalén. La audiencia crecía continuamente y ellos continuaron haciendo milagros, curando a los enfermos y reprendiendo a los demonios. Sin embargo, algunos líderes religiosos y el sumo sacerdote tuvieron celos y envidia de su éxito. Con enojo, pusieron a Pedro y a otros apóstoles en la cárcel. La Biblia dice que el motivo de esto fue la envidia. Pedro no había hecho nada malo.

¿Esto te ha pasado a ti? ¿Alguna vez te han castigado sin razón alguna, solo por el hecho de que alguien estaba celoso de ti? ¿Alguna vez has castigado a alguien sin ninguna razón, solo por el hecho de que tenías celos o envidia de ellos? La envidia y los celos están en todos lados hoy en día e incluso en la Biblia. La gente se compara constantemente con los demás, y continuamente desean tener lo que otros tienen. Caminamos sobre otros para levantarnos más nosotros mismos.

Los líderes espirituales de Jerusalén probablemente tenían celos de los regalos espirituales de los apóstoles. Probablemente de noche soñaban que ellos también podían curar a las personas. Los apóstoles deben haber sido muy populares en ese momento, especialmente con las sanidades. Estoy seguro de que los líderes religiosos estaban celosos de que los apóstoles tenían a muchas personas escuchándolos.

La envidia y los celos nos roban la alegría, y nos hace enojarnos. Nos hace pensar en las cosas que no tenemos, en lugar de estar felices por las que sí tenemos.

Aunque el sacerdote había mandado a Pedro y a otros a la cárcel, un ángel se apareció por la noche y los dejó en libertad. Rápidamente regresaron al templo y continuaron orando y curando gente.

Así que, al final, el poner a los apóstoles en la cárcel ¡no ayudó en nada a los líderes religiosos! Sólo hizo que los apóstoles fuesen más populares y que mostraran más milagros a las personas.

Preguntas:

1. ¿Encajaría Jesús con mis amigos?

2. ¿Qué pasa si ser cristiano me hace impopular?

3. ¿Cuáles son las acciones comunes de la gente envidiosa?

Aplicación de vida:

Dale gracias a Dios por los regalos espirituales, apariencia física, posesiones y por la familia que tienes. Pídele a Dios que te de felicidad y satisfacción por las cosas que tienes. Elige a alguien de quien tal vez hayas sentido envidia en el pasado, y dale un pequeño regalo. (No menciones tu envidia pasada).