Renovando El EntendimientoMuestra

«Porque según piensa en su alma, así es; Come y bebe, te dirá, pero su corazón no está contigo» (Proverbios 23:7, Biblia Textual IV Edición).

Nuevamente vemos que lo que nosotros hacemos, o cómo actuamos, es un resultado de lo que hay en nuestro interior, en este caso, de nuestra manera de pensar. ¿Quieres cambiar tu forma de vivir? Cambia tu forma de pensar. ¿Quieres cambiar tu forma de hablar? Cambia tu forma de pensar. ¿Quieres cambiar tu forma de comer? Cambia tu forma de pensar.

Ya sabes lo que pasa cada primer día del año, es tiempo de metas. Voy a dejar de fumar. Voy a adelgazar y a hacer más deporte. Voy a aprender inglés, etc. El problema no está en las metas que me pueda poner, sino en no cambiar mi forma de pensar. Porque, bíblicamente hablando, así como pienso es como soy. No hay más. Por lo tanto, mi labor es saber quién soy en Cristo y renovar mi mente con ese entendimiento. Por favor, que esto quede bien claro: no renuevo mi mente para ser salvo, o para ser sano, o para ser próspero o bendito, sino que renuevo mi mente con la Verdad de lo que Dios ha dicho ya de cada uno de nosotros a través de la redención otorgada por Jesucristo Su Hijo a favor nuestro en el madero de la Cruz.

Renovar la mente no es un requisito para mi sanidad o para mi bendición, eso es algo que ya tengo, pero por causa de los moldes antiguos, no estoy disfrutando estas bendiciones. Renuevo mi mente con este fin: que mi mente se entere de lo que ya soy, ya puedo y ya tengo en Cristo. No de lo que será, tendré o podré, sino de todo lo que ya ha sido depositado en mi espíritu gracias a la obra todo suficiente de Cristo a favor mío.

La Biblia lo asegura de la siguiente manera: «En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad» (Efesios 4:22-24).

¿Logras verlo? Ahí está. El llamado que Dios nos hace es a renovar el espíritu de nuestro entendimiento. Nos está hablando acerca de nuestra manera de pensar, de renovar el espíritu de nuestra mente, que tiene que ver con renovar la actitud de la misma. Ya hemos sido hechos nuevas criaturas en Cristo, y ahora debemos avisarle a nuestra mente de lo que ya ha sido hecho. Eso es vestirnos del nuevo hombre.

El punto es que, durante muchos años, nuestra mente le ha hecho caso a lo que decían nuestros sentidos físicos porque eran ellos los únicos que pasaban información. Eran los que mandaban. Es cierto que nos hablaban de las realidades que ocurrían a nuestro alrededor. Pero ahora que estamos en Cristo y tenemos un espíritu vivo, unido a Dios, y con la mente de Cristo, tenemos una nueva información que es superior a la de los sentidos físicos. Es la información de la Verdad (1 Corintios 2:16).

Te animo, por tanto, en este día a estar atent@ y pensar en lo que estás pensando, recordando que tus pensamientos perfeccionan los sentimientos. Si piensas la verdad que Dios ha depositado en ti, de esta forma sentirás y finalmente actuarás. Pero si vives tu vida a partir de lo que sientes en lugar de lo que Dios te ha dicho, sin duda serás inconstante en todos tus caminos porque las emociones fluctúan como el clima.