Renovando El EntendimientoMuestra

Hola de nuevo, seguimos con nuestra serie de la transformación del alma, la cual encuentras también en YouVersion. Hasta ahora hemos visto los planes de "No os conforméis", "Transformaos" y seguimos con "Renovando el entendimiento".

La RAE define el verbo renovar como: «hacer como de nuevo algo, o volverlo a su primer estado. Remudar, poner de nuevo o reemplazar algo. Sustituir una cosa vieja, o que ya cumplio su obgetivo, por otra nueva de la misma clase».

En el griego, renovar es "anakainosis", que significa «renovar cualitativamente». Por lo tanto, una renovación es algo que hace que una persona sea diferente de cómo era en el pasado. Ahora, la pregunta que estamos obligados a hacernos es, en el ámbito espiritual: ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de renovar nuestro entendimiento?

Pues de sustituir los moldes incorrectos por el molde correcto. Hablamos de aprender a elegir el tipo de pensamiento que queremos que se quede en nosotros. Ya sabes la frase que dice que "no podemos evitar que los pájaros revoloteen en nuestra cabeza, pero sí podemos evitar que hagan nido en ella".

De hecho, algunas de las definiciones anteriores implican esto, aprender a sustituir, y en este caso, sustituir los pensamientos contrarios al Evangelio por los pensamientos correctos. Y aquí está la clave:<<Esta es una de las cosas que nos corresponde en responsabilidad hacer; es decir, sustituir los pensamientos negativos, destructivos o de inferioridad es algo que solamente nosotros podemos hacer>>. Ya Dios, por medio de Cristo, nos ha dicho que somos santos, puros, justos, redimidos, aceptados ante Él. Nos corresponde, por tanto, a nosotros limpiar nuestra mente de todo lo que va contrario a la Palabra de Dios que nos define.

Gracias a Dios por esas personas que nos aman con sinceridad: familiares, amigos, pastores, hermanos en Cristo, etc. Pero ninguno de ellos puede renovar nuestra mente. Solamente nosotros podemos hacerlo con la Palabra de Cristo. Ni siquiera es algo que hacemos en oración o en ayuno, ni mucho menos la imposición de manos, ya que ninguna de estas cosas tiene esa capacidad.

Recuerda, todos los que estamos en Cristo estamos en medio del proceso de la transformación de nuestra alma. Quiere decir que todos los que estamos en Cristo tenemos que aprender a renovar nuestra mente de forma correcta.

Es importante en este punto entender que la renovación de la mente no es la meta, sino que es el medio utilizado para experimentar la transformación del alma. Por lo tanto, la meta es esa transformación que afecta nuestro carácter, emociones, decisiones, conciencia y pensamientos. «Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; Mas su corazón no está contigo» (Proverbios 23:7).