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TRANSFÓRMATE

El Padre Nuestro comienza con las palabras "Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino". Pero, ¿cómo llevamos estas palabras a la práctica en nuestra vida diaria? Nosotros, como hijos de Dios y coherederos de sus bendiciones, tenemos el poder de hacer que esta declaración sea efectiva aquí en la tierra.

Un ejemplo inspirador es el caso de Pablo, quien antes de su conversión perseguía a la iglesia. Sin embargo, Dios vio en él un apóstol y un evangelista. Todo lo que Pablo utilizaba para perseguir a la Iglesia, Jesús lo transformó en un arma poderosa para fortalecerla y llevarla al siguiente nivel.

A menudo, nos aferramos a nuestras imperfecciones y fracasos, viéndonos a nosotros mismos únicamente desde esa perspectiva. Pero Dios nos ve como nuevas creaciones en Cristo, transformados por el poder del Espíritu Santo. Su deseo es que nos veamos a nosotros mismos y a los demás a través de la lente de nuestra identidad en Cristo.

Reflexión: ¿Cómo puedo aplicar el poder transformador de Dios en mi vida diaria? ¿De qué manera puedo verme a mí mismo y a los demás a través de la perspectiva de nuestra identidad en Cristo?