La LuzMuestra

Ser la luz como un embajador

Nadie en la historia ha representado a Dios más perfectamente que Cristo. A través de Él, la gente pudo experimentar la generosidad, la presencia y el amor de Dios de primera mano. Jesús es una representación perfecta del carácter de Dios y de Sus intenciones hacia la humanidad. Teniendo en cuenta la perfección con la que Jesús reflejó a Dios ante el mundo, es increíble pensar que Jesús llama a personas normales y corrientes como tú y yo para que también Lo representen. Jesús no conoció el pecado. No buscó su propio bienestar. Vivió al servicio de los demás, y con Sus palabras y obras transmitió un mensaje que reflejaba perfectamente el corazón de Dios.

Pablo escribió a un grupo de primeros creyentes, animándolos y desafiándolos a comprender que todos los que seguimos a Jesús somos Sus embajadores. Al igual que los embajadores enviados desde su país de origen, deberíamos considerarnos enviados para representar el reino de Cristo, Sus valores y Su mensaje. Cualquiera que conozca a un embajador de otra nación también debería ser capaz de entender lo que es nuestro país. Hemos hablado de cómo, cuando uno cree y pone su confianza en Jesús, es rescatado de un reino de tinieblas y restaurado a un reino bajo el amoroso gobierno de Cristo (Colosenses 1:13). De la misma manera que la gente podía aprender sobre este reino cuando conocían a Jesús, tú tienes la oportunidad de mostrar y enseñar a la gente que conozcas sobre el amoroso Rey Jesús.

Incluso con las cosas buenas en este mundo que reflejan el reino de Dios, aún refleja un lugar que no reconoce a Jesús como Señor y, como resultado, está lleno de quebranto.

Pero nosotros, los creyentes, pertenecemos a un Rey cuyo reino es bueno y que quiere lo mejor para nosotros. Vivimos a diario entre personas y lugares que no reconocen a Jesús como el buen Rey que es, alguien a quien vale la pena someterse plenamente y confiar en Su autoridad. Cuando vives con Cristo como tu Rey, representas el verdadero país o reino al que perteneces.

Piensa en lo que los demás podrían ver y aprender de tu país de origen, el cielo, al observarte. ¿Qué es lo más importante allí? ¿Quién es el más importante allí? ¿Representa tu vida la paz, el amor, la alegría y la esperanza que Jesús mostró y con los que reveló Su reino a los demás?

Oración

"Que Dios me ayude a representarte bien a Ti y a Tu mensaje como embajador Tuyo en este mundo".