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Por lo general, nuestras emociones están acostumbradas a responder a lo que le dicen los sentidos físicos, que en ocasiones se desbordan, y ahora debemos permitir que las creencias correctas sean más fuertes que lo que dicen nuestros sentidos físicos.
Santiago, en el capítulo uno de su libro, versículo veintiuno, nos dice lo siguiente: “Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas”.
También Pedro, en su primera carta, capítulo 2, versículos 1 y 2, nos dice: “Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias y todas las detracciones, desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación.”
En estos versículos que acabamos de leer, se nos habla acerca de salvar el alma y de crecer para salvación, lo cual nos lleva a hacernos algunas preguntas que son totalmente válidas y coherentes. ¿Acaso no somos ya totalmente salvos? ¿Se requiere crecer para poder obtener la salvación? ¿La salvación no es por gracia por medio de la fe en Cristo?
Y la respuesta a esas preguntas es clara: no deberíamos tener ninguna duda al respecto. En Cristo ya somos completamente salvos, no parcialmente salvos. Lo que indica que la obra completa de nuestro Señor Jesucristo es más que suficiente para nuestra salvación. ¡Gloria a Dios!
Lo interesante es que el apóstol Santiago nos dice claramente a qué salvación se refiere a la Palabra implantada en el alma. Por lo tanto, no nos está hablando de ir al cielo, ni del perdón de todos nuestros pecados, ni del nuevo nacimiento, sino que nos está hablando de la renovación del entendimiento para la transformación del alma.
Verás, nuestra redención ha sido pagada completamente. Cuando nuestro Señor Jesucristo exclamó “consumado es” en la cruz del Calvario (Juan 19:30), precisamente quería decir lo que dijo. Su obra quedó finalizada por completo. No dejó algo sin hacer ni algo a medias, sino que llevó a cabo la voluntad del Padre.
Sin embargo, aunque la redención se pagó por completo, mientras estemos en la tierra no la estamos experimentando en toda su plenitud. Aunque sabemos que ya estamos disfrutando la vida eterna desde la tierra, debemos reconocer que nada será comparable cuando estemos en el cielo.
Por favor, no quiero que se me malinterprete: claro que Cristo habita en nosotros y disfrutamos de la realidad de la vida abundante hoy, pero también estamos rodeados de circunstancias y adversidades que, cuando partamos de esta tierra, no las tendremos más.
Creo que Pablo entendía muy bien su posición en Cristo, y aun así dijo que el morir era ganancia para él, y que partir era mucho mejor (Filipenses 1:21-24).
No estoy diciendo que debemos tener una mentalidad de querer huir, ya que Pablo dijo en ese pasaje que debía quedarse por causa de los filipenses. Hagamos nuestra labor de extender el Reino de Dios en la tierra, y esto es posible en la medida en que nuestra alma sea transformada.
Fíjate que en los pasajes anteriores de Santiago y de Pedro, aparecen los verbos “desechad”, “recibid” y “desead”. Quiero que veas algo interesante: cuando tomamos la decisión de recibir ciertas cosas nuevas en nuestras vidas, automáticamente estamos tomando la decisión de descartar otras. Y los dos pasajes nos hablan de recibir la Palabra de Dios y de hacerlo con mansedumbre o con humildad.
Por tanto, es necesario que decidamos recibir la Palabra, el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, y de esa manera iremos desechando los moldes equivocados de hábitos o viejas maneras de vivir y de pensar.
Por esto Pablo nos dice que no nos conformamos, que tomemos la decisión de querer crecer y seguir aprendiendo. Pero no cualquier cosa, no cualquier palabra, sino la Palabra de Cristo. La verdad presente del nuevo pacto. La maravillosa Palabra de Su gracia. El Evangelio de Su Reino.
¿Qué tal tú? ¿Quieres experimentar la transformación del alma? Entonces, dispón tu mente y corazón diariamente a buscar la Palabra de Dios.
Por, Kenneth Solá y Equipo TopCristianos
En TopCristianos esperamos que este plan devocional haya sido de bendición para su vida, queremos que sepa que alrededor del mundo hay un grupo de personas orando por usted y por su crecimiento espiritual porque creemos que,
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Escrituras
Acerca de este Plan
Según la RAE, transformar es: «Hacer cambiar de forma a alguien o a algo. Hacer que algo cambie, pero sin alterar totalmente todas sus características esenciales». Y justo esto es lo que sucede con nuestra alma. En Cristo, ella sufre un proceso de transformación en la mente, la voluntad, el carácter y los sentimientos, pero sin perder sus características esenciales, lo que nos hace distintos a los animales.
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Nos gustaría agradecer a TopCristianos por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.facebook.com/TopCristianos.es?locale=es_LA