Luces Brillantes, Gran CiudadMuestra

¿Alguna vez te has comparado con alguien de tu clase o de tu equipo? ¿Quizá incluso un hermano o un amigo íntimo? Es fácil compararnos con los demás. Podemos observar a la gente que nos rodea y sentir que son mucho mejores que nosotros en algo, ¿verdad? Al final del día, eso puede hacer que nos sintamos bastante mal con nosotros mismos. ¿El motivo? Bueno, ¡porque no es la forma en que estamos destinados a vivir! La verdad es que todos somos valiosos, únicos y amados a los ojos de Dios. Nada de lo que somos debe compararse con nadie. En cambio, todos estamos destinados a utilizar nuestros dones únicos, nuestras personalidades y nuestras conexiones con el mundo que nos rodea. Trabajamos juntos como hijos de Dios para hacer brillar la luz de Dios en el mundo.

Esta semana, habla con tu grupo pequeño sobre los dones y talentos únicos que tiene cada uno. Piensa cómo pueden utilizar esas cosas como grupo para hacer brillar juntos un poco más la luz de Dios en el mundo.