RotondaMuestra

Uno de los mejores inventos de nuestro tiempo es la capacidad de enviar mensajes de voz a tus amigos. Es mucho mejor que un mensaje de texto, porque la persona que está al otro lado puede oír tu tono y tu voz mientras dices lo que se te pasa por la cabeza. ¿Qué no es tan divertido? Cuando tu teléfono decide grabar por sí solo. Peor aún, ¿qué pasa cuando tu teléfono determina los últimos cinco minutos de la conversación? Eso puede ser aterrador si las palabras que elegimos no son amables y cuidadosas. Piensa en cómo te sentirías si hubiera transcripciones de todo lo que sale de tu boca a diario. ¿Te preocuparía? Si somos sinceros, ¡probablemente todos diríamos que sí! La cuestión es que estamos llamados a edificarnos unos a otros. Estamos llamados a cambiar nuestras palabras y usar nuestras voces para animarnos. ¿Cuánto mejor serían los mensajes de voz en tu vida si estuvieran influenciados por Jesús obrando a través de tus palabras?

Hoy, habla con tus amigos sobre cómo podrías darles más ánimo. Considera qué cambios puedes hacer para edificar a otros con tus palabras, acciones y tu vida.