El Amor que nos mueveMuestra

La fuente del amor

Cuando alguien nos ha hecho un daño, nos ha ofendido o lastimado, nuestra reacción natural puede ser lastimar de vuelta. Sin embargo, eso no es lo que Jesús nos manda a hacer, más bien Él nos llama a amar inclusive a aquellos que nos han herido. Pero, ¿cómo es posible que hagamos esto sino es algo que sale natural de nosotros?

La respuesta una vez más, es Dios. Como vimos ayer, Él es la fuente de amor. Es quién nos enseña día tras día a amar a otros y por medio de su Espíritu produce fruto en nosotros. Cuando nos acercamos a Él, vamos comprendiendo en una mayor forma su amor y eso nos lleva crecer en amor por los demás.

Cuando logramos entender que no merecemos el amor de Dios, pero aun así Él decide dárnoslo gratuitamente, comenzamos a ser capaces de extender amor inmerecido a aquellos que nos han fallado.

Oración: Señor, ayúdame a conocer cada día más del amor que tienes por mí y enséñame a amar a los que me rodean, así como tú me has amado.

Te invito a escribir una conclusión general de la lectura de hoy y meditar en ella a través del día, para de esta manera escuchar lo que Dios nos quiere decir.