Su Nombre es JesúsMuestra

Su nombre es Jesús

Por Rocky Fleming

Día 1: Mito o Realidad

"Después de seis años dedicados a la investigación imparcial del cristianismo en cuanto a su verdad o falsedad, he llegado a la conclusión deliberada de que Jesucristo fue el Mesías de los judíos, el Salvador del mundo y mi propio Redentor personal". General Lew Wallace

El general Lew Wallace fue una vez un ateo arrogante y agresivo, un general militar y un escritor muy respetado. Él, junto con Robert Ingersoll, otro ateo, acordaron que escribirían un libro para destruir el mito del cristianismo. El Sr. Wallace estudió durante dos años en las principales bibliotecas de Europa y América en busca de información para destruir el cristianismo. Fue mientras escribía el segundo capítulo de su libro que se dio cuenta de la verdad acerca de Jesús. Él clamó: "Señor mío y Dios mío", porque la evidencia era abrumadoramente concluyente de que Jesús es realmente quien dijo ser. Él es el Hijo de Dios. Todo lo que se ha afirmado acerca de Él es verdad. Después de esta revelación, Wallace escribió Ben Hur, que es una de las mejores novelas cristianas jamás escritas.

Hay algunas personas que crecen en una cultura eclesiástica y nunca se les cuestiona si Jesús es realmente todo lo que Él declaró ser. Como resultado, desarrollan una credulidad cultural que se siente segura en su ignorancia y creencia tal como es. ¿Qué pasa cuando salen de su cultura segura? ¿Podrán resistir la embestida a la que se enfrentarán? ¿Pueden ayudar a un no creyente a encontrar a Cristo y darle la vuelta a la tortilla a alguien que está tratando de cambiarla?

Aunque personalmente desearía que existiera un ambiente seguro y que nuestra fe no se viera amenazada por un argumento ateo, no sería realista esperarlo. Vemos cada vez más en las universidades públicas que los maestros ateos y el currículo tienen una agenda para "re adoctrinar" a los estudiantes purgándolos de su fe, y especialmente a los estudiantes cristianos. Si alguna vez hablas con un ateo, te darás cuenta rápidamente de que piensa que es más inteligente que tú si crees en Dios. Estas "personas inteligentes" piensan que un estudiante no puede ganar terreno en lo académico o en la vida mientras la fe esté en su vida, por lo que buscan socavarla. Vemos que esta agenda también viene en contra de las escuelas, el gobierno, el ejército, el comercio y, sí, las iglesias.

¿Cómo resistir este adoctrinamiento? ¿Cómo presentamos un argumento inteligente acerca de nuestra fe en Cristo que pueda influenciar a un no creyente? He tenido varias discusiones con ateos. Lo que puedo decir sin lugar a dudas es que no son tan inteligentes como creen. Te conviertes en una especie de objetivo que quieren sacudir y socavar, para reforzar su necesidad de ser contrarios. Han elegido un lugar solitario y necesitan que otros se unan a ellos, y es por eso que vemos el trabajo sistemático de estas personas inteligentes, pero ignorantes, reclutando para creer en lo que no creen. Pero se les puede mantener a raya y, a veces, se les puede alcanzar con la herramienta que más respetan: su cerebro.

Esta semana me gustaría exponer algunos de los argumentos para que tu inteligencia pueda encontrarse con la inteligencia de ellos. Hay algunos pensadores muy inteligentes y bien conocidos que han concluido, como lo hizo Lew Wallace después de investigarlo y pensarlo detenidamente, que Jesucristo es realmente el Señor Dios. Esto nos lleva a la regla número uno.

La regla número uno para cualquier argumento inteligente, ya sea a favor o en contra de algo, es conocer los hechos. Puedes creer a favor o en contra de algo de manera igualmente incorrecta. Como cristiano, tu creencia en Cristo te da una gran ventaja. Las cosas que crees acerca de Él son verdaderas. Pero tienes otra cosa a tu favor para enfrentarte a los inconformes inteligentes. Tú no tienes que rehuirle a esta persona, porque los hechos prueban esas cosas acerca de Jesús si ellos llegan a conocer los hechos como lo hizo Lew Wallace. Por lo tanto, necesitas conocer los hechos, y luego preguntarle al ateo inteligente que piensa que sabe más que tú si conoce los hechos. Fíjate en un punto, porque él no los conocerá. A continuación, pídele que conozca los hechos y luego los discuta contigo. Aquí es donde se va a poner muy interesante para ambos.