Celebración, Refrigerio y Descanso.Muestra

Es tremendo saber que Dios quería que su pueblo hiciera fiestas. Para Dios era importante que su pueblo festejara y se llenara de alegría de nuevo.

El pueblo de Israel venía de muchos años de esclavitud y dolor, por supuesto que, por ser esclavo, no tenía derecho a ser feliz.

La esclavitud trae carga, trabajo sin recompensa y mucho dolor, por ello Dios quería cambiar esa historia.

El otro día hablaba con mi hermana y le decía que para Dios es importante que celebremos, que celebremos cuando se nos abre una puerta, cuando veamos una respuesta y cuando veamos algún tipo de milagro realizarse en nuestras vidas.

Reflexionábamos en esto y nos dimos cuenta de que muchas veces confundimos la celebración con orgullo, jactarnos, o dar una imagen de altanería.

Estábamos muy lejos de la verdad.

Ciertamente, hay personas que celebran solo para echar en cara de otros lo que ellos pueden lograr, pero eso no significa que haya una celebración sana que Dios quiere que hagamos.

Me llama la atención que Dios quería que su pueblo cruzara el Mar Rojo, para mostrarle un itinerario de fiestas donde Él les mostraría bondad y bendición.

Dios les exigía celebrar por todo lo que Él estaba haciendo y lo que haría; el pueblo, al cruzar el mar rojo, ya era libre y la señal de la libertad era celebrar.

Si no celebraban, y seguían con la misma conducta de esclavos, serían un pueblo esclavo en un territorio distinto.

Por supuesto que esta celebración traería muchos problemas alrededor, pues al oír el sonido de alegría en otras naciones, estas se despertarían de envidia, celos y mucha rabia. Puedes imaginar a otras naciones, diciendo:

"¿Ellos no eran esclavos? ¿Ellos no eran lo que gemían de dolor? ¿Ellos no eran los que tenían caras llenas de tristezas y escondían a sus niños?... Por qué ahora ríen, festejan, y sus niños bailan en libertad frente a cualquiera".

Esto podía despertar tal rabia, que las naciones harían cosas solo para verles de nuevo en esclavitud.

Los israelitas tenían dos opciones: celebraban la grandeza de Dios y disfrutaban, o se escondían de miedo y dejaban de celebrar para que sus enemigos no se despertaran en contra de ellos.

Dios les aseguraba que Él los defendería, que cada fiesta que realizaran en su honor tendría su recompensa y que ellos eran libres; ya estaban del otro lado del mar rojo, y no había que temer. los egipcios ya estaban hundidos.

Dios te anima a celebrar y hacerlo con valentía, celebrar su victoria sobre tu vida, esa respuesta que tanto esperabas, esa puerta abierta, ese milagro, que le adores y celebres porque Él se manifestó a tu vida. Celebra porque ya estás del otro lado del Mar Rojo. y Dios está contigo.