Menos toxicidadMuestra
Cuando Cristo vive en tu corazón, Él va transformando nuestra mente y corazón. Dios nos cambia de adentro hacia afuera, el tema es que en algunas ocasiones no queremos ser cambiados por Dios o no buscamos tiempo para estar con Él.
Como cristianos no fuimos llamados a ser tóxicos en el lugar donde nos encontramos, fuimos llamados a ser luz en medio de la oscuridad y esto solo se logra dejando que Dios ilumine nuestro interior para impactar a los de nuestro alrededor.
En ocasiones no necesitas cursos de evangelismo o estudios profundos sobre la Biblia, al contrario, debes dejar que Dios refleje lo que Él ha hecho en tu vida. Cuando Dios sana y transforma nuestro interior es más fácil ser paciente, amable, bondadoso, etc. Sin embargo, si tú te sigues aferrando a las emociones negativas en lugar de confiar y descansar en Dios, entonces tus convicciones reflejarán amargura, odio, resentimiento, entre otras cosas tóxicas que no provienen de Dios.
La vida cristiana es un proceso en el cual debemos hacer a un lado nuestro orgullo y ceder ante la fe de que Cristo es mejor y puede sanar y transformar nuestro ser desde el interior. Pasa más tiempo con Dios y observa como Él va cambiando poco a poco tu mente y corazón.
Ante una persona tóxica:
No te hagas prejuicios, deja que Dios te use.
No te tomes la cosa personal, propón en tu corazón no sembrar odio o amargura.
No te enfrasques en lo negativo, siempre mira a Dios y cree lo que Él es y dice.
No quieras cambiar a la persona, busca la manera de amarla sin creer cosas que Dios mismo no dice de ti y tampoco vivas en un sufrimiento constante.
Pero sobre todo, deja que Dios transforme tu interior.
Escrituras
Acerca de este Plan
Que no lo que hay en nuestro corazón sea testimonio y reflejo de Cristo en nuestra vida, y no de alguna otra cosa lejos de él.
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Nos gustaría agradecer a Sergio Mendoza por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://centrocristianoconexion.com/