El Origen De La Inspiración.Muestra

De Dios viene la cosecha.

“La semilla por si sola no puede dar fruto, ella debe ir acompañada de tierra fértil, agua y abono, pero por sobretodo, el cuidado mismo de nuestro Dios”

Génesis 1:11 -12

“Y dijo Dios: «¡Que haya vegetación sobre la tierra; que esta produzca hierbas que den semilla, y árboles que den su fruto con semilla, todos según su especie!» Y así sucedió. Comenzó a brotar la vegetación: hierbas que dan semilla, y árboles que dan su fruto con semilla, todos según su especie. Y Dios consideró que esto era bueno”

Sembrar semilla según su género.

No se puede esperar naranjas de un árbol de manzanas y no se puede esperar encontrar uvas escarbando en la tierra como si fueran zanahorias. Cuando se siembra un tipo de semilla, esa es justo la cosecha que va a recibir.

Una de las cosas que he aprendido es a sembrar, a sembrar con generosidad y a sembrar con propósito, pero para tener semilla buena debemos tener nosotros una tierra buena que dé hierba verde. Me gusta la palabra que dice “la hierba que dé semilla”. Muchas veces leí el versículo: “que da semilla al que siembra”, y me preguntaba, ¿cómo llega a mí esa semilla? Lo primero es que debes ser un sembrador, y lo segundo es producir hierba verde.

¿Qué puede ser la hierba verde en nuestras vidas? Yo digo que es la tierra expresando su fertilidad, su abono, sus nutrientes en el momento preciso.

Como tierra debemos producir esa hierba verde, ser fértiles, estar llenos del agua del espíritu, dejarnos surcar por el Señor, aquellas áreas del corazón que parecen “terrones secos”, y dejarnos llenar de su agua para que así nos ablandemos en su presencia.

Salmos 65:9-10 dice

“Con tus cuidados fecundas la tierra, y la colmas de abundancia. Los arroyos de Dios se llenan de agua ,para asegurarle trigo al pueblo. ¡Así preparas el campo! Empapas los surcos, nivelas sus terrones, reblandeces la tierra con las lluvias y bendices sus renuevos.

En este Salmo se habla de los ríos de Dios y como su río riega la tierra, la empapa y ablanda sus terrones. Un corazón que se deja llenar por el Señor es un corazón que no aguarda resentimiento, rencor, ingratitud, maldad, sino que siempre es un corazón agradecido que demuestra dando primero perdón y amor y luego sembrando semillas de otro tipo.

Por mucho tiempo sembré semillas, pero sin entender lo que Dios esperaba de mí, Él no esperaba solo la semilla, sino que lo hiciera con el corazón correcto.

En Malaquías habla acerca de que Dios no recibe la ofrenda de muchos porque están en pleito con sus cónyuges, y en el nuevo testamento nos recalca que si tenemos alguna ofensa debemos ir a perdonar y luego llevar nuestra ofrenda.

Para Dios es tan importante la semilla del perdón como la ofrenda que damos. Dios no separa lo uno de lo otro, si somos personas que queremos cosechar grandes bendiciones, primero debemos sembrar. Pero antes de sembrar, Dios debe preparar nuestra tierra. Un corazón seco a causa de la amargura no producirá hierba, y un corazón con terrones de rencor y resentimiento e ingratitud muy difícilmente verá la fertilidad.

Dios quiere decirte que Él puede abrir caminos en el desierto, y aguas en la tierra estéril, para Él no hay imposibles. Su Palabra trae libertad a tu vida, su Palabra trae perdón, restauración y te llena de la fuerza para convertirse en un terreno fértil donde se produce hierba verde.

Tomado del libro "El Origen De La Inspiración", si quieres leer el libro completo, puedes dar click aquí, y ser bendecido e inspirado. Este libro contiene 9 capítulos.