Pentecostés: Más que una experiencia, una necesidad hoyMuestra

El día de de Pentecostés era una fiesta de cosechas en el pueblo judío y fue el día que Dios eligió para enviar la promesa del derramamiento del Espíritu Santo sobre sus hijos— tal como estaba profetizado por Joel y prometido por Jesús.

Así como el Espíritu se posó sobre Jesús en su bautismo, el Espíritu Santo también viene para llenarnos a nosotros del poder de Cristo.

Amigo, la vida cristiana no es una vida que podemos llevar fácilmente en nuestras propias fuerzas. Ninguno de nosotros somos lo suficientemente buenos para poder vivir para Dios y ser la Iglesia que Él viene a buscar, bajo nuestro propio poder y fuerzas. Para vencer la tentación, negarse a las obras de la carne, vivir en santidad y en victoria—se necesita poder de lo alto.

Para ser esa Iglesia que haga cosas mayores y siga las señales y los milagros de Jesús, tal como Él dijo que haríamos, necesitamos ser llenos del Espíritu y recibir sus dones espirituales. Por esa razón, es que Jesús nos envío su Espíritu Santo. Simplemente porque sabia que lo necesitábamos.

Quizás tú necesitas conocerlo mejor o quizás necesitas volverte a llenar de Él. La buena noticia es que el Espíritu Santo está ahí, dispuesto a ser derramado sobre todo aquel que decida cederle el control de su vida, vaciándose de todo lo que no conviene, para entonces ser lleno de Él.

Cuando conocemos ese poder, ese bautismo y su llenura, es fácil ver que la experiencia de Pentecostés es una necesidad para todos a lo largo de nuestra vida cristiana. A través de la Escritura en este día, verás que por esa razón Dios nos ha enviado su Espíritu.