EL PUNTO DE PARTIDA

Desarrollo de la fe.

El desierto aparentemente está desprovisto de toda vida, pero con un poco de lluvia, la vida cobra existencia y belleza. La vida está ahí, pero está dormida. La incredulidad es así. Es el desierto del propio ser. Pero el potencial para la vida está ahí y sólo necesita ser regado por la fe para brotar en existencia y belleza. George Muller, un gran hombre de fe, dijo una vez: "Dios se deleita en aumentar la fe de sus hijos. En lugar de no desear pruebas antes de la victoria ni ejercicio de paciencia, debemos estar dispuestos a tomarlas de la mano de Dios como un medio para –digo, y lo digo deliberadamente– que las pruebas, los obstáculos, las dificultades y, a veces, las derrotas, sean el mismo alimento que nuestra fe necesita”.

¡Dios te ha prometido que te conducirá a la tierra prometida! Que Él te tomará de la mano y te llevará a un lugar donde puedas comprender el panorama más amplio.

El mayor error en el cristianismo es cuando la gente escucha acerca de la tierra prometida que Dios tiene para nosotros a través del filtro de nuestros caminos egoístas. Automáticamente pensamos que tiene que ver con nosotros. Se trata de esa bendición material que le estamos pidiendo a Dios. La casa, el mejor auto y más ingresos para hacer más con tu dinero. Este es el juego del gato y el ratón en el que el enemigo quiere que entremos. Que busquemos a Dios por lo que Él puede darnos en lugar de buscar a Dios porque es digno de nuestra alabanza. Él es digno de que le entreguemos nuestras vidas.

El concepto de las Escrituras sobre la tierra prometida.

La Biblia describe este lugar como una tierra con leche y miel, con uvas grandes como manzanas y todo es perfecto. Es una metáfora y un estatus espiritual que un creyente debe perseguir, pero no para su beneficio. ¿Por qué Dios está tan enfocado en llevar al creyente a esta tierra prometida que Él habla en Su Palabra? Podría haber dicho simplemente: Tengo esta promesa para ti de que llegarás al cielo si aguantas. Antes de que Jesús fuera a la cruz, no podía hacer esta promesa, ya que la relación de la humanidad con Dios no estaba restaurada. Por eso Jesús tuvo que reconciliarnos con el Padre. A través de Jesús, obtenemos la tierra prometida de vida eterna, donde todas las lágrimas serán quitadas. Habrá alegría y será un reencuentro increíble con tu redentor.

Jesús siempre ha prometido que algún día veremos a Dios cara a cara, lo que debería entusiasmarnos y empoderarnos para luchar contra el enemigo. Al ver mi vida a través de cada derrota, he visto a Dios resolver y me ha dirigido a la tierra prometida para esa etapa de mi vida. El regalo de Dios de la salvación es la promesa más importante que cualquier creyente puede recibir; el hecho de que Él nos llame sus hijos es un privilegio.

Hay una bendición para tu familia en la tierra prometida.

Hay una bendición para tu matrimonio en la tierra prometida.

Hay una bendición para quienes te rodean en la tierra prometida.