Sabiduría financiera de Dave Ramsey, basada en ProverbiosMuestra

Día 3: Ahorra hoy, asegura el mañana

Caer en bancarota fue una llamada de atención para mí. Había disfrutado de muchas cosas buenas, pero las perdí todas debido a mi falta de disciplina. Así que cuando tuve que empezar de nuevo, decidí hacer las cosas de manera diferente.

Una de las cosas que decidí hacer fue aprender los hábitos de la gente adinerada. Me percaté que si quería tener riqueza, debía aprender (y hacer) lo que ellos hacen.

En las últimas dos decadas, he pasado tiempo con millonarios y billonarios. He conversado con ellos y he tratado de entender cómo es que construyen y mantienen sus riquezas. Lo que he encontrado es que el principio detrás de Proverbios 21:20 realmente funciona en la vida real. Las personas sabias tienen suficiente cuando lo necesitan porque ahorran para emergencias. Pero los necios gastan todo lo que tienen, o peor aún, tan pronto como lo obtienen.

Por ejemplo, he encontrado que muchas personas ricas no viven como personas ricas. En lugar de hacer alarde de su dinero, adoptan un estilo de vida de clase media-alta. Algunos incluso viven estilos de vida de clase media-baja, y ¡no les molesta para nada! Solo siguen haciendo lo que los llevó ahí en primer lugar.

Una de las cosas que hacen es ahorrar. En lugar de querer tener cosas extravagantes, siguen ahorrando dinero. Ellos continúan usando el poder de los intereses compuestos para construir riqueza. Siempre piensan en crear seguridad para el futuro.

En contraste, muchas personas son como yo era antes de caer en bancarrota en mis años veinte. No tienen la disciplina de hacer las cosas más simples como ahorrar dinero. En lugar de hacerse ricos haciendo los que los ricos hacen, se quedan en quiebra ¡haciendo lo que las personas en quiebra hacen!

En los formatos de presupuesto que mi compañía presenta, el primer lugar lo tiene el rubro de "Dar" porque queremos que honres primero a Dios. Pero el segundo rubro es "Ahorrar", porque queremos que te pagues antes de pagarle a nadie más.

Las personas sabias ahorran dinero. Es un principio bíblico básico y muy claro. Y si gastas cada centavo que llega a tus manos, entonces ¿adivina qué? ¡Eres un insensato! No me culpes a mí. ¡Dios te lo dijo!