Un Nuevo ComienzoMuestra

Es posible alcanzar paz y gozo a pesar de las circunstancias

Cuando Daniel fue encerrado en el foso de los leones gozaba de paz y confianza en su Dios y Señor. Hasta me gusta pensar que estaba alabándolo en medio de aquella situación de peligro y muerte. Mientras tanto, el rey Darío estaba inquieto sin poder comer y dormir en su lujoso palacio, esto nos ilustra que no es la circunstancia la que determina nuestro estado de ánimo y nuestra actitud ante la adversidad, es la decisión de cada uno de nosotros de cómo vamos a enfrentar cada problema, cada situación dolorosa. Entonces, ¿cómo queremos afrontar cada día, cada evento? ¿Veremos el vaso “medio vacío” o “medio lleno”? ¿Entregaremos cada prueba en las manos de Dios y confiaremos en Él, o nos ahogaremos de desesperación? Hay personas que por su carácter son capaces de tener una resiliencia especial, para otras no es tan fácil llenarnos de esperanza y buena actitud. Lo que ambos tipos de personas tenemos en común es que todos requerimos estar constantemente en una comunicación estrecha y directa con nuestro Padre. Su Palabra nos habla, nos enseña, nos redarguye y nos muestra las áreas de nuestra vida en las que debemos trabajar con más empeño. Por su parte, la oración es el medio directo para construir esa relación de confianza, esperanza y transformación. Es en esos momentos, cuando el Espíritu Santo escucha nuestro clamor y nos concede paz y gozo, aún en medio de los problemas que nos atemorizan, o de los estragos de un pasado que aparentemente nos destrozó. Pero que en manos del Señor, es el barro más maravilloso y perfecto para lograr crear tu hoy lleno de gratitud, contentamiento e ilusiones. Porque la vida que Dios nos ha prometido, no está ajena a dificultades, pero sí está repleta de fidelidad, paz y de ver la mano del Señor actuando omnipotentemente.

ORACIÓN

Señor, no siempre soy capaz de ver la vida con positivismo, de enfrentar con resiliencia las situaciones espinosas que se me presentan en mi vida; ni siempre recuerdo tus promesas y sustituyo mis miedos y mis angustias por tus palabras de amor y esperanza. Por eso debo venir ante ti a cada momento, constantemente necesito que seas mi roca, mi castillo, esa torre fuerte que no se tambalea.Te pido hoy tu paz y tu gozo extraordinarios que no tienen comparación, ayúdame a vivir conforme a tu voluntad y confiar en ti a pesar de que todo a mi alrededor me quiera derrotar, sabiendo que eres más fuerte, que eres ese poderoso gigante que camina conmigo. Amén.