Creer Y Descansar, La Decisión a TomarMuestra

La tercera ley de Newton dice que, toda acción conlleva una reacción. Yo conocía esa ruta que tomaba casi a diario, pero nunca me percaté de la señal que indicaba la reducción de la velocidad a 30 millas por hora; así que creí que podía hacerlo; mi deseo en principio era bueno. Pero no les he contado que antes de salir de mi casa, yo escuché la voz del Espíritu Santo que me decía

-¡No te vayas por ahí! – Y saben qué le dije yo al Espíritu Santo? - Pero, por favor, Señor, mi vía es más rápida.

Una vez más, mi deseo era bueno, pero deseaba hacerlo a mi manera. Porque ignoré la voz del Espíritu Santo. Y lo que he aprendido con todo esto, es que conforme a lo que yo creo, actúo. Por eso, cuando decimos creo y descansamos, el problema está en lo que decidimos creer mientras descansamos.

Cuando le creo a Dios, mi decisión trae descanso, pero cuando le creo al diablo, o a mi carne, o al influencer de turno, mi decisión trae caos.

Todo este caos de nuestras malas decisiones, viene desde cuando Adán y Eva, tomaron la única decisión incorrecta que podían tomar. Y nos preguntamos, ¿Cómo apareció el pecado? A través de un “influencer”, Satanás que apareció como un buen influenciador.

Por ninguna parte de la Biblia vemos que Satanás le haya movido la mano a Eva para que tomara del fruto del árbol, ni vemos que le hubiera metido la manzana en la boca, simplemente le habló.

Le “calentó la oreja” como decimos en muchos lugares de latinoamérica, y esto me impresiona porque la influencia de Satanás trajo una nueva creencia; leemos en Génesis 3:1-6: “La serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Dios el Señor había hecho, así que preguntó a la mujer: —¿Conque Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín? —Podemos comer del fruto de todos los árboles —respondió la mujer—. Pero en cuanto al fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: “No coman de ese árbol ni lo toquen; de lo contrario, morirán”. Pero la serpiente dijo a la mujer: —¡No es cierto, no van a morir! Dios sabe muy bien que cuando coman de ese árbol se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal".

¿Qué tal tú? Hoy es un buen día para meditar en lo que estás pensando; ¿a qué argumentos le estas prestando más atención?